A orillas del Zambeze -Día 6 y 7-


Día 6

Cortamos huellas de búfalo bastante pronto, como a eso de las siete de la mañana. No parecen muy frescas, pero tal vez se hayan echado pronto. Cogemos algo de comida y a andar.

Como a eso de las doce se nos levanta un grupo de búfalos como a veinte metros, otros distintos, no eran los que estábamos siguiendo, pero menos mal por que no tenía muy buena pinta el rastro que seguíamos. Aprobechamos para comer un huevo duro y darles tiempo a que se tranquilicen.

Al cabo de media hora reanudamos la marcha. Los levantamos una vez más, pero está todo tan cerrado que no hay quien los vea. El coche lo tenemos bastante lejos, lo más sensato es ir volviendo poco a poco. Llegamos al coche prácticamente de noche.

¡Menuda paliza! Volvemos tocados al campamento, hemos andado desde las 8:00 hasta las 6:00, no está nada mal. Unas cuantas horas en el monte y solo hemos levantado un duiker y unos sables...

En el campamento me quito unas cuantas garrapatas, ¡Esto está lleno!. Hay que tener cuidado y revisarse bien todo el cuerpo a las noches, una garrapata te puede fastidiar todo el safari.
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Día 7

El equipo está tocado, los días van pesando y la caminata de ayer se nota. Un día más estamos a las 6:00 en marcha, ¡Listos para chequear todas las charcas que sean necesarias!. La historia se repite, horas y horas de coche, con continuas paradas para ver los puntos de agua.

Hacemos algunas entradas a bushbucks, pero uno de ellos es pequeño y el resto no conseguimos verlos. Todo la cacería sin ver ni uno y hoy en cambio vemos unos cuantos. Hago una entrada a un suny, nos conseguimos poner a 20 metros, pero solo vemos a la hembra, sabemos que el macho está con ella, pero no hay forma de verles.

Más adelante Conroy vuelve a parar el coche, ha visto un suny MUY grande. ¡Que nervios! No se por que no me dice que es normal, lo único que consigue es que me ponga más nervioso, pero bueno, de eso se trata ¿No?.

Empezamos a recorrer el camino despacito, hemos parado bastante lejos, los sunys son mucho más desconfiados que los duikeros.


Cuando estamos a pocos metros del suny los tres nos paramos a la vez, ¡Ahí está!. Lo tenemos como a 20 metros justos, mientras me preparo Conroy me da su aprovación, ¡Es el mismo!.

Ahí unas pequeñas ramitas delante suyo, pero las tiene bastante cerca del cuerpo, no creo que desvíen la flecha. Tenso, y justo en ese momento levanta la cabeza. Tengo que esperar hasta que se ponga a comer de nuevo, son animales muy rápidos y no quiero que me esquive la flecha. Baja la cabeza y... ¡Fok!

Pega un salto y sale corriendo. Creo que le he enganchado. Por suerte corre paralelo al camino, avanzamos rápidamente y cuando nos silva le vemos. Tiene toda la pata llena de sangre, no tiene buena pinta. Entre lo duros que son y lo cerrado que está, es fácil que lo perdamos. Hay que rematarlo. El sitio es muy cerrado como para intentarlo con el arco, no hay más remedio que ir a por el palo de fuego.

Como generalmente en África, se va a encargar Conroy de rematarlo, con los animales no se juega. Vemos como se acerca solo al sitio donde le habíamos dejado. De repente se encara y de la misma dispara.

Salgo corriendo para ver que ha pasado, me dice que cree que le ha pegado. ¡Que nervios!.Domingo se mete a buscarlo y lo encuentra de la misma. ¡Yuhu! Menos mal, no hay nada que más me fastidie que dejar un animal herido. Un suny realmente precioso.

Vuelvo al sitio del tiro para recuperar la flecha. Repasando la escena veo que las ramas estaban bastante más alejadas del suny de lo que pensaba, me han desviado la flecha y el tiro se me ha ido demasiado a delante. Tengo sentimientos encontrados, por un lado estoy contento de haberlo cobrado, pero por otro lado hubiese preferido rematarlo yo,pero asi es la caza... Todo podía haber acabado mucho peor.

A las seis volvemos al campamento, tengo al equipo un poco desmoralizado, ya hemos pasado el ecuador de la cacería y no hemos visto un búfalo. Todavía no han pegado un tiro, y yo aunque haya tenido mucha suerte, todavía no he visto ni un antílope de los grandes. El sitio es precioso, pero está complicado, muy complicado.
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Comida

Por las mañanas desayunabamos tostadas y cereales principalmente. Se echaron un poco en falta los huevos con bacon,salchichas,etc....A mi me gusta desayunar como un animal.

La comida la hacíamos en el campo. Si estábamos siguiendo búfalos, comíamos un huevo duro, un trozo de pan y un par de salchichas de lata sin cocinar. Un poco justo, por que con todo lo que quemábamos, y había que reponer fuerzas. Si nos pillaba en el coche, podíamos acompañar el huevo con un poco de bonito y id="SPELLING_ERROR_29">galletitas.

Las carne de caza siempre estaba presente en todas las cenas, sobretodo el facochero. Aunque también pudimos saborear el pala-pala, la gallina de guinea y los francolines. La verdad es que todo estaba riquisimo. De postre no soliamos tomar nada.

He adelgazado al final del viaje cinco kilitos de nada.

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