SUDÁFRICA 2006 (10)

JUEVES, DIA 10
Ultimo día de caza. La luna llena nos esta fastidiando. Los animales apenas se mueven de día.
Por cambiar de táctica nos levantamos a las cinco para estar en los puestos antes del amanecer y a ver si así, en estas primeras horas, podemos ver a los animales rezagados antes de que se encamen.

Estoy desde las seis hasta las once y no he visto nada digno de mención, sólo los típicos francolines y ardillas que no paran en todo el día. Esto se acaba.


Comemos temprano y vamos hacia la ultima concesión que nos falta por ver, en la que no hemos cazado a causa de los leones que andan rondando por la zona. No llevamos los arcos porque sólo es para conocerla para la próxima vez. Vemos cebras, impalas y una pareja de rinocerontes blancos. El macho es enorme. Impresionante.




Al volver encontramos un oryx moribundo, esta famélico, se ve que lleva mucho tiempo agonizando. Lo rematamos para evitarle sufrimientos

Ahora son las tres de la tarde y ésta es la ultima espera.
Hemos dejado al Guanche en un puesto en que había un faco comiendo cuando hemos llegado y a lo lejos se veía una manada de blesbok y otra de hartebeest. En el de Carlos había impalas y hembras de kudu. Cuando hemos llegado al mió estaban los eland.
Parece que hoy empieza la función mas temprano, el tiempo está cambiando, hace menos calor y esta levantando viento.
Supongo que esta es la razón de ver tanto animal tan temprano ya que en los días anteriores a estas horas apemas se movían.

20:00. Estamos todos en el campamento. A pesar de que todos hemos visto abundante caza, no hemos tirado.
Hoy cenamos in prisas porque mañana nos vamos.

Hemos tenido mucha suerte con el sitio y la gente. Vinimos sin referencias y con un precio tan bueno que nos hacia sospechar que nos habíamos embarcado en una liada.
Pero no. Ha resultado ser todo lo contrario. El lugar estupendo y bien preparado, la caza abundante pero sin estridencias, como tiene que ser, ha sido caza de verdad.
Los cazadores profesionales, eso, profesionales, cordiales y excelentes personas, sin meternos presión en ningún momento y disfrutando con nosotros de los lances ya que ellos también son cazadores con arco.

Ha sido tan buena la experiencia que pienso repetir.

Es que, en la parte de las montañas había un valle que…………

SUDAFRICA 2006 (9)

MIERCOLES, DIA 9
Viendo que por la mañana hay muy poco movimiento, hemos decidido hacer unas pequeñas batidas silenciosas.
Así que hoy, después del desayuno,

hemos practicado un rato con los arcos para intentar ir más finos que esta pasada noche.

Salimos y al poco tiempo vemos unos blesbok en una laguna medio seca. Nos colocamos José Miguel, el Guanche y yo.
Cada uno detrás de un árbol cubriendo las posibles rutas de escape y Wiehan va a rodearles e intentar que nos pasen a tiro. Al rato veo que se mueven en mi dirección y me coloco en posición de disparo. Cuando llegan a unos cuarenta metros se desvían un poco hacia mi derecha y me pasan a unos treinta metros. Uno se queda parado, mirando hacia atrás pero tengo unas ramas delante y no me animo a soltar la flecha.
Mientras estábamos haciendo esto, Carlos ha estado recechando un bushbuck, al final se le ha escapado pero por lo menos ha tenido la ocasión de intentarlo.
Hacemos dos batidas mas: una a impalas (que desaparecen por arte de magia), ya que ninguno hemos podido ver por donde se han ido, y otra a unos blesbok que le han pasado a unos cincuenta metros del Guanche y, por supuesto, no ha tirado.
Volvemos al campamento temprano y, como tenemos tiempo hasta la hora de comer, vamos al campo de tiro de nuevo para pasar el rato tirando flechas. Chris y Wiehan se animan también y van a por sus arcos. Después de un rato de tirar y, solo por diversión, ponemos la diana a 50 metros, haciendo unas risas con los fallos, sobre todo con uno en el que casi nos cargamos el calentador del agua.
También hacemos tiros muy buenos pero no son tiros de caza real porque los animales no son dianas, se mueven y a esas distancias es arriesgarse demasiado.
En el tiempo que tarda la flecha en llegar a 50 metros un impala puede esquivarla con facilidad, y eso tirando con arcos rápidos.
No se trata de matar como sea, sino de cazar, por lo que esos tiros están fuera de lugar.

Comemos y yo vuelvo al puesto de ayer con Wiehan a ver si entran los eland de ayer un poco más temprano
De camino al puesto vamos a comprobar un cebo colocado para el leopardo en un sitio bonito de verdad. Está río arriba, en un remanso. En un lado, el cebo en lo alto de un mopani, y en el otro, entre unas rocas, el puesto. Pero esto no es para mí, es para un cliente americano que viene el próximo mes.

Bueno, son las 16:45. Llevamos más de una hora dentro del puesto, hace un calor impresionante y no hay movimiento.

Pasa la tarde lentamente hasta que anochece y no hemos visto nada. Volvemos hacia el coche de noche y alumbrados por una luna llena impresionante.
Llegamos al campamento, Carlos ya estaba allí. Faltan el Guanche y José Miguel que se han colocado juntos esperando cazar algún chacal o un bushpig. Hemos estado cebando el puesto estos días pasados y han puesto una luz roja alimentada por una batería para poder tirar de noche.
Vuelven a las 20:30. No han visto nada.
Cenamos y volvemos a salir a por liebres. Hoy les toca tirar al Guanche y a José Miguel, yo llevo las cámaras.
Hoy vamos mas centrados y, aunque sigue el cachondeo, tenemos la experiencia de ayer y el guanche consigue abatir una liebre con una flecha en el cuello. Ya tenemos la cena de mañana.

SUDÁFRICA 2006 (8)

MARTES, DÍA 8
Nos quedan tres días de caza. Estoy con el Guanche y Wiehan en otra zona que teníamos sin tocar. Son novecientas hectáreas de terreno montañoso, con pequeños valles, muy bonito para cazar. Aquí las especies más numerosas son los ñus, kudus y babuinos. Pero también hay eland, cebra, jirafa. etc.… También es sólo para cazar con arco y hay únicamente dos puestos. Yo me coloco en uno que está bastante alto en la montaña con una vista preciosa

Es un puesto elevado pero no muy alto y cerrado completamente. El suelo es de tablas y puedo tumbarme cómodamente. Esto último es importante porque voy a estar todo el día.


Nada mas llegar oigo unas carreras detrás del puesto pero no veo nada. Al poco veo algo marronáceo acercarse a lo lejos y resulta ser un burro salvaje. Es la primera vez que veo uno.

Hace calor, son las doce del mediodía y mientras escribo esto me esta entrando un ñu bastante bueno. Luego sigo.....
El ñu no ha terminado de acercarse, se ha quedado parado a unos cincuenta metros y de repente ha salido corriendo y saltando encabritado. Están como cabras.

Son casi las tres y no hay movimiento. Se nota el efecto de la luna llena. Estos días los animales empiezan a moverse casi exclusivamente a última hora de la tarde, siendo las horas centrales bastante sosas. En estos días anteriores he visto muchos mas animales a última hora que al amanecer, con mucha diferencia.

¿Qué decía yo? A las seis menos veinte venían por la derecha tres cebras y un ñu; se han parado a unos ochenta metros, observando... Una cebra se ha acercado trazando un círculo completo alrededor del puesto y me ha venteado. Ha salido a la carrera, resoplando y juntándose con los otros que han huido en tropel.
Poco después he visto a lo lejos dos jirafas pasando entre los árboles, solo se veían las cabezas.

A eso de las seis he oído el inconfundible clic-clic que hacen los eland a la caminar. Mientras se acercaban he puesto en marcha la cámara de video y me coloco en posición. Son cinco, un macho muy bueno con cuatro hembras, una de ellas preciosa con una cuerna perfecta. La luz empieza a escasear pero todavía es razonable tirar, se que queda poco tiempo minutos pero espero a que me presenten el costado. Están a 25 metros pero no terminan de colocarse como yo quiero, son enormes y no quiero arriesgarme a dejar ninguno herido.
Pasan los minutos y se hace de noche; ya no tengo oportunidad de tirar. Oigo el motor del 4x4 que viene a buscarme y los eland y una jirafa, que estaba a mi lado y no había visto ni oído, se van pausadamente hacia la espesura.
La jirafa es tan grande y ha pasado tan cerca que me ha tapado completamente la ventana del puesto.
Hoy no ha podido ser pero he estado cerca. Muy cerca.

Cenamos y después de un rato de charla, nos preparamos para una cacería nocturna.
Vamos a intentar cazar alguna spring hare (es una especie de liebre con las patas muy parecidas a los canguros y se desplaza a saltos de una forma similar a como lo hacen esos marsupiales).
Preparamos unas cuantas flechas con cinta reflectante y nos subimos los cuatro en la parte de atrás del pick-up. Dos con los arcos a cada lado, uno en el centro con el foco y el cuarto detrás con la cámara de vídeo.
Nos abrigamos bien porque en cuanto se mete el sol enfría de repente.
Salimos hacia una zona mas abierta en la que esas liebres son más abundantes, es una especie estrictamente nocturna por lo que es cazada habitualmente fareando.
Al poco de salir vemos la primera, o por lo menos sus ojos. Son enormes, verdes y aparecen y desaparecen entre el pasto siguiendo el ritmo de los saltos. Hacemos media docena de disparos cada uno pero es muy difícil porque esas liebres no se están quietas y a todos (incluido Wiehan que se lo esta pasando de miedo con estos locos españoles) nos ha dado un ataque de risa al verles aparecer y desaparecen entre las hierbas.

Entre el cachondeo, y lo difícil del tiro, tenemos un resultado de: cazadores 0, liebres 1.

SUDÁFRICA 2006 (7)

LUNES, DIA 7
Amanece,

Estoy en el puesto, hoy en solitario.
El plan es estar hasta las once porque luego regresaremos al campamento original.
Me lo he pasado genial. He tenido cerca waterbucks, facos (uno muy bueno), y al final nyalas. Había un nyala bueno a tiro que me ha tentado pero me he contenido.
Vienen a recogerme a la hora prevista. Los demás tampoco han tirado y salimos puntuales. Para las 13:15 ya estamos de nuevo en el primer campamento. Tiramos un poco, comemos y salimos disparados hacia los puestos. No queremos perder el tiempo.
Ahora estoy en el puesto de árbol pero sin el viento del primer día. A lo lejos veo tres elands, un rebaño de impalas y dos hartebeest.
Es media tarde. Acaba de venir un eland jovencito, con un bulto negro del tamaño de una nuez a la altura de la cruz, es debido a la falta de magnesio. Cuando llegan las lluvias se les suele ir.
Mientras está comiendo llega un faco bueno, pero se coloca detrás del eland y no hay forma de tirarle sin riesgo. Esta así un buen rato, hasta que, de pronto se va.

Se oculta el sol y vuelvo al campamento. Ésta noche, hablando con Chris, me entero que tiene varias concesiones más. Una de más de 4.000 hectáreas en la que hay búfalo. Es bueno saberlo.
Wiehan no está porque ha ido a comprar provisiones (150 kilómetros entre ida y vuelta).

SUDAFRICA 2006 (6)

DOMINGO, DIA 6
Diana a las seis, yo salgo con Wiehan al puesto mas cercano al refugio. Es un puesto alto, bastante vertical
Parece ser que también es un paso querencioso para los oryx y ya llevo bastantes días esperando tener una oportunidad, así que me preparo para lo mejor.
Llevamos cuatro horas esperando y casi estoy aburrido de ver waterbucks, he visto 22, pero no he querido tirar. También se han acercado algunos facos.
A las 15:30 me entra un chacal al que había visto pasar entre los matorrales varias veces.

Al final se pone casi en la vertical del puesto y le tiro. La flecha le pasa por arriba, rozándole el lomo. Sniff….
Siguen viéndose waterbucks. A última hora, cuando ya se empieza a notar que la luz mengua, aparecen los oryx. Son siete: tres machos, tres hembras y un subadulto. Una de las hembras es preciosa con unos cuernos largos y bien formados. Pero la luz ya es escasa y no quiero arriesgarme a tirar y rastrear de noche. Así que me reprimo.
En unos instantes llegan un grupo de cebras... y un bush pig…y un nyala.

Se hace de noche. He disfrutado del día.
Carlos ha tirado a un faco grande y Jose Miguel también, pero no han tenido suerte.
El Guanche ha estado en el mismo puesto que estuve yo ayer

y le han entrado dos hembras de oryx. Ha esperado a ver si venia el macho, pero no ha aparecido.

SUDAFRICA 2006 (5)

SABADO, DIA 5
A diferencia del primer campamento, en el que tenemos una habitación para cada uno, aquí hemos dormido en una especie de refugio de caza en el que dormimos todos juntos, así que la noche a sido entretenida: entre los chistes del Guanche, los ronquidos de no se quien y otros “ruidos”, sin duda provocados por las cervezas y la botella de coñac que, misteriosamente desaparecieron anoche, no nos hemos aburrido.
Nos levantamos a las seis, unos con mejor cara que otros.

El plan es pasar todo el día en los puestos. Yo voy a ir a uno que parece ser bastante querencioso para los oryx, que se me están resistiendo.
Para las siete ya estoy en el puesto con Willie, un sudafricano de la zona que también es cazador con arco, aunque sólo esta para ayudarme en la selección del posible oryx que pueda ponerse a tiro. De todas formas yo hubiese preferido estar sólo, me centro mas en el lance.
Poca acción, son las 13:15, llevamos aquí casi seis horas y lo único que hemos visto es un impala joven de poco mas de un año, y un faco pequeño (precioso) con su madre (con buena boca). Willie no habla mucho pero le estoy sacando gratis unas lecciones de Afrikáans je, je.
Son la 17:05. Acabo de tirar aun faco bonito pero le he dado un poco trasero. Willie se pone muy contento y me dice que ese seguro que lo cobramos. Yo tengo mis dudas.

Llamamos a Chris, que llega con Matías.
Les digo que esperemos mas tiempo para seguir el rastro porque no las tengo todas conmigo, creo que con éste tiro tenemos que esperar mas.
Willie dice que le vio tumbarse cerca y salimos en su busca. Sueltan al perro y lo veo venir.
Acaba de oscurecer y después de un buen rato de estar el perro a su aire no ha encontrado nada, como era de preveer.
Me queda un regusto amargo.
Recogemos a Jose Miguel que ha cogido un faco bueno y además generoso porque le ha dado una segunda oportunidad. Tanto le hemos machacado para que apunte bajo desde los puestos altos, que al final, la primera vez que le ha tirado, la flecha le ha pasado por debajo, entre las patas... Se ha ido pero al rato ha vuelto y esta vez el flechazo ha sido perfecto.

Vamos a por el Guanche que no ha tirado pero ha tenido cerca un impala enorme que no se ha dejado tirar.
Carlos ha visto mucha caza pero no ha podido tirar porque no se le han acercado lo suficiente.
Volvemos al refugio, cenamos y me meto a la cama con dolor de estomago y de mandíbula, resultado de todos los chistes que han contado.

SUDAFRICA 2006 (4)

VIERNES, DÍA 4
Estoy en el puesto y esta empezando a amanecer. Es un puesto semienterrado, no es muy grande, pero lo suficiente. Me gusta, porque así el olor es mas difícil que salga y el ángulo de tiro es perfecto.
Ayer estuvo el Guanche aquí

y tuvo unos kudus cerca pero no pudo tirar. Voy a ver si yo tengo más suerte, aunque vendrán a recogerme temprano porque vamos a cazar a otra concesión cerca de Thambazimbi.
Estaremos allí tres noches.

No he visto ni oído nada. Me recogen el primero y vamos a por los demás. Jose Miguel ha visto ñus, pero lejos para el arco.
Carlos ha tenido 31 impalas rondando pero no ha querido tirar porque esta centrado en el bushbuck.
El Guanche acababa de tirar a un impala cuando estábamos llegando.
Volvemos al campamento para darle tiempo a enfriarse y aprovechar para recoger el equipaje. Volvemos a la media hora con el perro, encontramos el impala a 200 metros aún vivo, nos acercamos y lo rematamos.
Extrañados por el hecho de que aún estaba vivo le hacemos la autopsia y vemos que la flecha se ha desviado dentro de su cuerpo después de tocar un hueso, cambiando su trayectoria considerablemente. Un suceso rarísimo.

Con este lío se nos ha hecho tarde y salimos rápidamente hacia el otro campamento.
Tardamos en llegar poco más de dos horas, la mayoría por pista de tierra. Llegamos a las cuatro pasadas y no nos da tiempo a salir a los puestos porque oscurece temprano, así que nos dedicamos a poner el equipo a punto y ver el sitio que es precioso, cerca de la cima de una colina y con unas vistas espectaculares.


De pronto, como si fuese un fantasma, vemos aparecer a un nyala en una charca que se ve casi en el fondo el valle.
Vamos a entrarle. Yo con el arco y el Guanche por detrás con el vídeo. El terreno esa lleno de matorrales y muy seco así que tenemos que ir muy lentamente. Se nos hace de noche cuando llegamos y el nyala ha desaparecido.

SUDAFRICA 2006 (3)

JUEVES, DIA 3
Sigue haciendo viento, pero no tan fuerte como ayer. Nos levantamos a las 7 y salimos hacia los puestos.
De camino vemos hartebeest, duiker e impalas.
A mi me dejan en el puesto “oloroso” ... (es el puesto en el que ayer estuvo Carlos).
Lo hemos bautizado así porque cuando viene el viento de los restos del blesbok no huele a gloria precisamente...
Hemos llegado casi a las ocho y a eso de las nueve me ha venido un macho de impala solitario. Está intranquilo y se espanta de vez en cuando, aunque luego vuelve. Le he sacado fotos, video, e incluso he estado tentado de tirarle, pero no es lo que quiero. Esperaré a ver si viene uno mayor.
Después de estar comiendo casi una hora se ha encamado a unos 50 metros.
Ahora son las doce y acaba de irse.
Poco después ha aparecido uno mayor, pero no se ha puesto a tiro. Al rato pasan corriendo otros cinco. La caza aquí no es confiada precisamente. Me gusta.
17:00 La tarde pasa tranquila, no veo nada aparte de unos francolines.
17:45 Vuelve el impala pequeño de la mañana, está un momento y se va. Se acerca un impala bueno con cinco hembras, la luz empieza a fallar.
En cuanto se pone a tiro no me lo pienso, me concentro en su paletilla y suelto la flecha.
No veo donde le he dado, pero por el sonido estoy casi convencido que ha sido en el tórax.
Sale corriendo y saltando con las hembras, oigo un chasquido y todos se quedan inmóviles tras unos arbustos a unos sesenta metros del puesto.
Oscurece del todo y no se han alejado, buena señal.
Al poco vienen los demás a recogerme.
Les explico cómo ha sido el lance y vamos a rastrear.
Encontramos la flecha clavada en un tronco a un par de metros detrás de donde estaba el impala, le ha atravesado.
El rastreo es breve, está muerto a 30 metros,
La flecha le ha pasado los dos pulmones.
Las fotos las hacemos ya de noche:

..y en ese momento recuerdo que deje el vídeo funcionando mientras se acercaba. Lo rebobino y mi alegría es grande cuando veo que el lance esta grabado.

Jose Miguel también ha tirado. Un waterbuck precioso.

Le ha tirado con 60 libras, punta de dos filos y tubo de carbono con peso en el interior. La penetración excelente. Ha atravesado el waterbuck diagonalmente entrando por los pulmones y saliendo por el jamón contrario.
De nuevo noche de celebración. Es el segundo día de caza y hemos cobrado ya tres animales, aunque más importante es la fabulosa experiencia que estamos viviendo.
Como compañeros de caza, y como personas, José Miguel, el Guanche y, por supuesto, Carlos, son inmejorables, Además hemos tenido suerte de tener a Chris y a Wiehan como cazadores profesionales. Aparte de hacer fenomenalmente su trabajo son unas personas encantadoras.
Nos acostamos mas tarde que de costumbre y, antes de irme a mi bungalow, me quedo fuera un rato, mirando las estrellas y pensando en lo afortunado que soy al poder hacer realidad estos viajes.

SUDAFRICA 2006(2)

MIERCOLES, DIA 2
Nos levantamos a la hora prevista y probamos los arcos. Mi agrupación es pasable pero no me convence del todo, así que, para sorpresa de Wiehan, le quito las miras y cazaré en instintivo ya que agrupo parecido y me siento más cómodo.Salimos hacia los puestos. Guanche va con Wiehan y Carlos, José Miguel y yo vamos con Chris.
Hace bastante viento y frío, de hecho está todo helado, (después nos enteraríamos que ha sido el invierno mas frío en Sudáfrica en muchos años).
Dejamos a Carlos en un puesto de suelo bastante majo, tiene en las cercanías los restos de un blesbok al que los chacales “le tienen cariño”, A ver si entra alguno y se lleva un flechazo del longbow...
Yo me quedo en un puesto de árbol en el que ayer vimos dos facos. El puesto es como una cabaña en el árbol. Está cerrado por todos los lados y el suelo es de ramas, por lo que es un poco ruidoso, pero, teniendo cuidado, es “aprovechable”.
Nada más llegar hemos espantado unas gallinas de guinea y una manada de blesbok que estaban en las cercanías.
Nos han colocado a cada uno en el puesto que consideraban mejores para las especies que queríamos cazar cada uno. En mi caso oryx, eland y “varios”.
Cada vez hace mas viento, esto se mueve de mala manera...... UMMMMHHHH….
Me han venido a recoger a las 11:30 y sólo he visto los blesbok que han vuelto y se han echado en mitad de la sabana. Ahí se siente protegidos, porque con este vendaval solo pueden defenderse con la vista.

También me ha cruzado un faco a la carrera a unos cuarenta metros, parece que venia espantado de algo, pero no me da la oportunidad ni de abrir el arco
Comemos y, sobre las dos, salimos de nuevo.
Como sigue el viento, el Guanche y yo vamos a recechar. Vamos a la zona montañosa porque es más apropiada para ese tipo de caza.
Nada mas empezar vemos unos kudus y Chris pide un voluntario: je je.
Intento acercarme dando un rodeo, pero cuando llego a la zona donde estaban, veo que han desaparecido- la verdad es que son como fantasmas.
Seguimos recechando y vemos cebras, un faco y una hembra de nyala. No esta nada mal para poco más de una hora de rececho.
Cuando estamos de vuelta llama José Miguel por la emisora, ha tirado a un faco.
Vamos a rastrear todos con Matías (el perro de sangre).

El rastro es escaso pero más o menos continuo. Le seguimos durante bastante trayecto pero al final el tiempo se hecha encima y el Guanche y yo vamos a los puestos dejando a José Miguel con Wiehan y Matías siguiendo la búsqueda.
Yo vuelvo al puesto de la mañana, es tarde y sigue el viento.
Poco después de llegar se pone el sol y me bajo al suelo porque ya no es viento: es un vendaval, el árbol se mueve como un barco en un temporal y tengo que agarrarme para no caerme.Asi que, una vez en tierra firme, me escondo en un arbusto.
Al rato vienen tres facos pero con ese viento no terminan de entrar y se van; poco después se acerca un grupo de ocho blesboks, pero se dan la vuelta.
Cuando casi no se ve, mengua el viento y entra un faco grande de frente. Está un buen rato pero no le puedo tirar por la postura en que se encuentra. Aparece un eland joven. El faco se va y yo estoy mirando al eland hasta que veo acercarse unas luces. Vienen a recogerme y el eland se espanta.
El Guanche ha cazado un faco bonito que tiene la jeta llena de cicatrices. Sacamos las fotos en el campamento ya de noche.

Cenamos, lo celebramos:

y quedamos que al día siguiente vamos a pasar todo el día en los puestos.

SUDAFRICA 2006

Este relato puede ser que ya lo hayáis leído, pero lo subo al Blog para seguir reuniendo todo el material que tenemos disperso por la web.Además, lo he "enriquecido" con algunos vídeos para que podáis haceros una mejor idea de como pasaron los hechos.
La acción transcurre en en Sudáfrica, mas concretamente en la provincia de Limpopo.Fui con tres buenos cazadores, y excelentes amigos: Jorge (Guanche) y Jose Miguel (Chamán) que venían desde Canarias, y Carlos y yo, que salíamos de Bilbao. El plan era pasar doce días cazando y disfrutando todo lo posible de la experiencia.
A continuación relato en tiempo real cómo transcurrieron los acontecimientos, tomando como base las notas que escribía en mi diario de caza.
Iré subiendo el diario por partes, día a día.
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MARTES, DÍA 1
Llegamos a Johannesburgo según el horario previsto, aunque se ha demorado la entrega de las maletas de los arcos porque se han “traspapelado”.A José Miguel también se la perdieron en Madrid y llegó justo a tiempo para coger el vuelo a Paris, así que empezamos bien.
El vuelo desde Paris ha tenido una duración de 10 horas y media y ha transcurrido con normalidad. La hora local es la misma que en España.


Con el lío del equipaje tardamos casi una hora más y Chris nos estaba esperando un poco preocupado por la tardanza, parece simpático.
El viaje hasta la concesión de caza ha durado unas tres horas largas, los últimos 45 minutos por pistas de tierra.
Allí nos ha presentado a su familia y a Wiehan, el cazador profesional que vive allí permanentemente.


El campamento esta muy bien. Amplio y limpio. Cada uno de nosotros tiene su propio cuarto y compartimos baño cada dos habitaciones.

Comemos y hablamos de los planes para los días que vamos a estar.
Cazaremos en cuatro sitios distintos. A tres de ellos iremos desde el campamento en el que estamos, ya que están en un radio de quince kilómetros. El otro está más lejos y pasaremos tres noches allí.

Apenas hemos llegado, ha empezado a llover y a bajar la temperatura brutalmente. No había llovido desde hacia cuatro meses, así que esto viene fenomenal para los animales.
Entre tanto ajetreo, casi se nos ha hecho de noche porque oscurece a las seis y cuarto, así que, faltando una hora, nos subimos en el 4x4 para dar una vuelta y conocer un poco el terreno. Vemos bastante caza, ñus, impalas, blesbok, facos, hartebeest, kudus. Esto promete.
Cenamos, preparamos el equipo y vamos rápidamente a la cama ya que esta noche pasada apenas hemos dormido y mañana hay que levantarse a las seis porque amanece para las siete aproximadamente.

Texas 2006 "Rancho Smitty" (6)

José Miguel nos sigue contando la historia...

" Habían transcurrido apenas cuatro meses desde mi regreso de Sudáfrica, a donde había ido con El Guanche, Peio y Carlos, cuando ya estaba viajando a Texas. Aunque lo cierto es que cuando me fui a Sudáfrica ya lo había hecho con el billete de Texas en el bolsillo. ¡ Es que eso de Poner Fecha !.....


Los primeros días habían sido movidos. Como lo fueron el resto de días que duró la estancia por aquellas latitudes.

El primer día donde Smitty, pude recechar. Hacer una entrada, aunque sin éxito, a los Jabalís, y montar en un puesto donde me entraban Ciervas, Pavos, y más Jabalís, pero sin exito de tiro.

Luego, donde el Rancho El Indio. Pude abatir un Jabalí, y perdonar a otros tres. Pesó 65 Kg. Pero ya esa historia la contó el Guanche.

Donde el rancho Guerra, tuve muchas oportunidades, y bastantes lances, pero la elección del peso de las flechas ( con peso extra incluido), no fue la correcta. Excepto un tiro cercano, a unos 7 metros, que significó que saliese demasiado alto , el resto de disparos fueron a 25 / 30 metros......... y ¡ Claro ! con el peso extra, todos ellos fueron bajos.

Así pues, del Rancho Guerra me fui de vacío. Quedaban unos días en el Racho de Smitty. Intentamos el Bobcat, pero ni Pedro, ni Fernando, ni Yo, tuvimos el día. El clima no acompañaba, mucha lluvia y frío.

---------Vistas del campamento------------


Un rececho en los últimos días, junto al Guanche, nos permitió ver como un Pavo huía de nosotros, sin darnos oportunidad a disparar, y como un buen ciervo macho, nos vió a larga distancia y se nos escondió en el brushcountry.

Asi que después de tantos días con solo un Jabalí en el haber, y con muchas oportunidades falladas y/o perdonadas ( Ciervas a las que no quise tirar, otras que me olían dentro de los Blinds, y Carneros que se resistían ), me presenté en el último día.

El día había comenzado muy frío. Con lluvia y granizo. Dejé el traje de agua en el campamento, pues iba, ese día a montar en el puesto número 15. Una caseta de madera, con una ventana frontal y una lateral, cubiertas con una tela que permitían disparar a través de la misma. Así todo el frío se hacía notar, y yo deseaba salirme del Blind y ponerme a recechar, pues al menos así, calmaría el frío y la sensación de que la humedad se calaba en mis huesos. Me quité el reloj y lo puse en la ventana. Al poco tiempo el Barómetro marcaba que la temperatura era de - 3 grados centígrados. Fue cuando comprendí porque el frío estaba haciendo efecto.

En eso aparece un Pecarí solitario. Salió por mi izquierda, y comenzó a comer en la parte del comedero que más distaba del Blind. No era pequeño. Monté el arco y entre los nervios y el frío no conseguía mantener el pulso. Así que desistí, intenté dar calor a mis brazos y manos e intentar de nuevo el disparo. El pecarí estaba a 25 metros, pues no terminaban de ir hacia la comida que más próxima estaba al Blind. Disparo, y bufff, vuelvo a fallar. ¡ Demasiado bajo !. Una vez más el peso extra en la flecha me había vueltao a jugar una mala pasada. Bastante desanimado, salí a buscar la flecha, que se había quedado clavada en el barro, volví al Blind, y decidí quitar todo el peso extra a las flechas. Cuando acababa de quitar el peso a la última flecha, aparece una manada de unos 12 pecarís. Entraron también por mi izquierda y comenzaron a comer más lejos aún. Se movían en una distancia que iba de los 27 a los 30 metros del puesto.

Cuando un buen ejemplar, se puso en el punto más cercano. Justo donde le había disparado al anterior, cargué, respiré hondo, y puse el Pin en su costado. Bajo, bastante bajo, pues sabía y había visto la capacidad de reacción de esos animales. Disparé, y vi como la flecha fue hacia el sitio correcto, a la vez que observaba como el animal iniciaba sus movimientos de reacción. La manada corrió hacia la espesura y dejé pasar un tiempo prudencial. Avisé a Smitty por la radio, y tardó aún otra media hora en llegar con Hunter. Comenzamos la búsqueda. No hallábamos sangre. Y de repente vemos como en un cambió de dirección, había roto un enorme cactus y había dejado una gran huella de sangre. El rastro se seguía facilmente, no podía estar muy lejos.... y después de unos cortos minutos de búsqueda allí estaba.

Al reconocer y chequear la entrada y salida de la flecha, tanto Smitty como yo, pudimos observar como la flecha había entrado por el sitio correcto, pero que con el movimiento de giro y huida del animal, ¡Aquella fue a salir por el Jamón trasero del lado contrario ! ¡Y eso que estaba totalmente cruzada! ¡Sencillamente increíble! El abrazo con Smitty : Efusivo. !Va por tí Brother !.

¡El retorno ya sería mucho más alegre ! "

Un viaje que no olvidaremos nunca, tanto por la organización, como por el grupo tan estupendo que fuimos.

Hemos dejado muchas cosas pendientes, y no me extrañaría que volviésemos a ir dentro de poco otra vez, creo que habrá que ir pensando en poner fecha...

Un fuerte abrazo a todos, y a ver si nos juntamos más a menudo.

Anímate y entra a comentar la cacería en "Texas 2006"

Texas 2006 "Rancho Guerra" (5)

Después de sacarnos unas cuantas fotos con la candonga, seguimos cazando, nos dejaban tirar a dos pecaris cada uno, así que íbamos a intentar tirar otro antes de que se hiciese de noche. Y así fue, vimos un grupo de pecaris a lo lejos, y conociendo la mala vista que tienen, no tarde mucho en ponerme a distancia de tiro.

Conseguí tirarle a uno como a unos ocho metros, ¡Un tiro bastante cerca!. La flecha le entro de atrás a delante sin llegar a salirle, desgraciadamente no dejaba nada de sangre y con lo cerrado que estaba no pudimos encontrarlo.

Poco a poco nos fuimos retirando hacia el lugar de encuentro, cuando de camino nos encontramos a Fernando todo alterado, ¡Acababa de tirar un pecari!. Este daba un buen rastro de sangre, pero llego un punto en el que desaparecía. Se iba haciendo de noche y cada vez se veía peor, ¡Esto se estaba poniendo emocionante!. Finalmente Jorge se metió a cuatro patas en un arbusto y dio con él, menos mal que estaba muerto del todo porque cuando lo vio, ¡Lo tenía a un metro!.

Ya de noche nos juntamos todos, ¡Carlos también a cobrado uno!. ¡Menudo día de caza! Habíamos tirado casi todos, y en general más de una vez, y en total habíamos conseguido cobrar cinco pecaris, que se dicen pronto. ¡Que gozada! Hacía mucho que no disfrutaba tanto de una jornada de caza. ¡Sin duda algo para repetir!

¡¡Muchísimas gracias Eduardo!!
De noche de vuelta al rancho de Smitty que mañana había que cazar. Todo un show cuando nos pararon en un control de policía y vieron todos los pecaris atados en el techo del coche. ¡Enseguida nos dejaron pasar al ver como saltaban las pulgas!

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Texas 2006 "Rancho Guerra" (4)

Fuimos a recoger la flecha y comprobamos que había fallado, una pena porque el pecari era muy bueno. Ahora le tocaba a Jorge, así que cogí la cámara para intentar grabarle la entrada y el tiro.

Pasamos al camino paralelo, por el que se habían metido los dos pecaris, y al poco rato levantamos uno. Yo me separé unos metros de Jorge para ver si conseguía verlo, pero no, había desaparecido. En ese momento echo la vista atrás y le veo al Guanche, ¡Tensado!..¡ZAS!

Oigo los chillidos de un pecari, ¡Le ha enganchado! Me acerco rápidamente para ver que pasaba, y efectivamente, acababa de dejar planchado un pecarí, más concretamente, mi pecarí. ¡Bien hecho Jorge!

El pecari que vimos correr debía de ser el pequeño de los dos que estaban juntos, y justo cuando me separé, Jorge le vio al grande entre los arbustos como a diez metros de distancia. No dudó en soltarle un flechazo con el que le cogió la columna, dejándole tieso en el sitio.

Fuimos a ver el pecari, ¡Era enorme!. Estábamos viéndolo cuando nos damos cuenta que están viniendo más pecaris a los chillidos del difunto. Y esto fue lo que pasó...



Una vez más la habíamos armado, ¡En media hora dos pecaris!
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Texas 2006 "Rancho Guerra" (3)

Después de una buena comida en la que nos reímos un montón, volvimos a la carga. Otra vez nos dividimos en dos grupos, Carlos, José Miguel y Rafa por un lado, y Fernando, Jorge y yo por otro. Una vez más yo iba con Guanche y nuestro plan era el de recechar por los distintos caminos, lo de sentarnos en un camino a esperar no nos apetecía mucho.

No tardamos mucho en ver nuestro primer pecari al lado de una casetilla. Empezamos a acercarnos suavemente cuando vemos que sale un pecari de dentro de la caseta, luego otro, y otro, y dos más, y cinco,¡Pero que está pasando!. Era increíble, de esa caseta que no tendría más de 6 metros cuadrados salieron unos quince pecaris sin exagerar. De no creer.

Era como estar en el paraíso, dos amigos, los arcos y pecaris por todas partes, pero nuestro momento de gloria no duró mucho, ya que al minuto apareció de nuevo la troca espantando a todas las "javelinas". Aprovechamos ese momento para meternos el la caseta y esperar a que volviesen a salir.

Y así fue, al irse la troca salieron un par de ellos al camino a unos 100 metros. Era mi turno, y acorte distancias rápidamente mientras Jorge grababa todo desde la caseta. Creo que es mejor que juzguéis vosotros mismos...



El tiro se me quedó bajo, estaba a más de treinta metros. Se conoce que con los nervios y las hierbas medí mal la distancia, hay que tener mucho cuidado al usar el range finder desde una posición baja, ya que un pequeño fallo se puede convertir en unos cuantos metros de error. ¡Tengo un día que estoy sembrado!

Cada vez se acerca más la noche, pero aun no habíamos acabado. ¡Inmunes al desánimo!

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Texas 2006 "Rancho Guerra" (2)

Le toco el turno al Guanche. Ya estábamos todos colocados a lo largo del camino, esperando a que saliesen los pecaris a comer de nuevo. Guanche y yo nos pusimos juntos para echarnos unas risas e intentar grabar algo en condiciones.

A los pocos minutos nos apareció un pecári bastante cerca de donde estábamos. Guanche se puso manos a la obra y empezó a acercarse poco a poco, yo guardándole unos metros le seguía por detrás con la cámara.

Cuando ya estaba a una distancia bastante buena el pecári notó algo raro y se quedó mirando fijamente. En ese momento Guanche tensa el arco teniendo la mala suerte de que el pecari no le aguanta, y decide no tirarle corriendo al aparecer la troca por el camino.

Pasa el todo terreno dejando una tira de maíz por el camino, y al cabo de unos minutos empiezan a aparecer algunos pecaris. Uno de ellos aparece en el mismo sitio por donde se había metido el que casi tira Guanche. Era un tiro un poco largo, pero le consigo calentar a Jorge para que lo intente, y así lo hizo. Tensa el longbow y...



El tiro se queda un poco delantero y el pecári corre con la flecha puesta. Esperamos un poquito y nos metemos a buscarlo con mucho cuidado, ¡Estos bichillos tienen muy malas pulgas!. Ya metidos en el bosque, Guanche consigue engancharle otra flecha y acabar con su sufrimiento. ¡Enhorabuena Guanche! ¡Así se hace si señor!

Una bonita mañana de caza, creo que todos hemos tirados al menos una vez, pero solo a conseguido cobrar Jorge, veremos a la tarde que tal se da.

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Texas 2006 "Rancho Guerra"

Salimos de Freer pronto, un par de horas de viaje, y a las 10:00 ya estábamos en el "Rancho Guerra". Allí nos recibió Jose Luís Guerra, el propietario del rancho.

Nuestro objetivo en este sitio era el pecari, Guerra tenía una buena densidad de ellos, y como apenas los cazaba nos invito a conocer su finca. El pecári es un suido con un olfato muy bueno, sin embargo, su sentido de la vista es muy pobre. Así que teníamos que tener mucho cuidado con la dirección del viento, como siempre.

La vegetación aquí era muy distinta, se notaba que era un zona bastante más húmeda, todo estaba lleno de hierba y de pequeños árboles espinosos (como todo en Tejas). La forma de cazar el pecári era echando maíz a lo largo de los caminos, y cuando saliesen a comer, rececharlos.

Después de una breve charla y una foto de equipo, nos montamos en el todo terreno para salir a cazar, no había tiempo que perder. Desde la parte de atrás de la pick-up vimos algún venado, pero nos quedamos sin palabras cuando el coche paro ante la pista en la que habían echado de comer. Habría unos diez, tal vez quince pecáris a lo largo de un camino de medio kilómetro de largo.¡Menuda maravilla!

Rápidamente nos dividímos en dos grupos, unos se quedaron al principio del camino, mientras que a los otros nos llevaron al final del camino por dentro del bosque. En este segundo, estábamos Fernando, Jorge y yo. Jorge nos cedió el turno y nos dejo intentarlo primero a nosotros ,él ya había matado un pecári el año anterior, así que cogió la cámara de vídeo y se vino detrás nuestro.

Nada más asomarnos al camino, vimos a un grupo de tres o cuatro pecáris. Estos se iban alejando poco a poco de nosotros por el camino. A estas alturas yo ya no sabía donde estaba Fernando, ¡Había desaparecido!.

Los pecáris fueron desapareciendo poco a poco del camino hasta quedarse uno solo. Como si se tratase del escondite ingles, cada vez que el pecári nos daba la espalda, Jorge y yo intentábamos acortarle distancias lo más rápido posible.

Finalmente, después de unos quince minutos detrás de él, un revoque de viento nos delató. Rápidamente se dio la vuelta y se nos quedo mirando fijamente. Los dos nos quedamos como estatuas. Después de unos segundos retándonos con la mirada, se giro para meterse ya en el monte. En ese momento hizo una paradita,estaría como a unos 25, tal vez 30 metros, era ahora o nunca.

De forma automática tense mi longbow, y cuando el cuerpo me lo pidió, solté la flecha.. El tiro se me fue a la derecha.¡Me cachis! ¡Menudo fallo! Mientras tanto, Jorge se estallaba de la risa por detrás.



Después haciendo un pequeño examen de conciencia, me di cuenta que lo mas probable era ,que no había metido la cara lo suficiente. Más tarde, analizando el video, vimos como el pecári, que ya estaba alerta reaccionó al sonido de la flecha, y salio corriendo antes de que esta le llegase. Es increíble lo eléctricos que llegan a ser estos animales.

Ahora le tocaba el turno a Jorge...

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