A orillas del Zambeze -Día 3-

A las cinco de la mañana se enciende el grupo, desayunamos algo y en cuanto se empieza a ver salimos con el coche. Vamos a revisar las distintas charcas en busca de huellas frescas de búfalos.

Llevábamos un buen rato en el coche por un camino muy cerrado, la zona nos recuerda mucho a la floresta, cuando de repente Conroy para el coche. Me señala a mi y me dice que ha visto un suny. ¡Que emoción!

Cuando alguien ve un suny o un duiker desde el coche, lo ultimo que tiene que hacer es pararlo. Así que cada vez que alguien veía uno tiraba su gorra al camino. De esta forma podíamos alejarnos con el coche unos 200 metros, y volver recechando por el camino hasta el punto donde le habíamos visto. Eso es lo que acababa de hacer Conroy.

José Carlos y el jefe se quedan en el coche, cuantos menos vayamos menos ruido. Ya veo la gorra, el suny tiene que estar cerca. Avanzamos el profesional, Domingo (Un pisteiro) y yo lentamente. ¡Ahí esta!

Le agarro a Domingo para que se pare, pero a este no le da tiempo a parar al PH. El suny pega un vote y se para como a 25 metros. Tenso e intento buscar un agujero para colar la flecha, pero le pego un estacazo a una rama y a tomar por... Un tiro difícil.
Seguimos para adelante, bajandonos cada poco para chequear los puntos de agua. Finalmente encontramos una huella bastante fresca, probablemente de ayer a la noche. Cogemos algo de comida y a por ellos. Hoy le toca a José Carlos tirar.

Al cabo de 2 horas de pisteo nos vuelan unos francolines, tengo la suerte de que pegan un vuelito corto. Conroy se da la vuelta y me hace gestos para que les tire. Pongo una flecha a todo correr y tenso. Veo a una pasar a todo correr, y luego una cabeza moverse entre las hierbas, ahí te va. ¡Fok!

Pega un salto y se cae al suelo. ¡Yuhu! Salgo corriendo y recupero el trofeazo. Ya hemos hecho carne, esperemos que no me pase como en el Yukon, que el primer día cobre un perrito de las praderas y ahí se acabo todo.

Casi cuatro horas de pisteo y solo hemos visto un redunca corriendo como un loco. Pasamos por zonas muy cerradas, si damos con los búfalos no va a ser a más de 30 metros. La fila india se para, y una vez mas Conroy me señala a mi, ¡La tengo lisa!. Me acerco despacito a ver que pasa...¡Gallinas de guinea!
Habrá como una docena de ellas, y todavía no nos han visto. Preparo una judo y me acerco unos metros más para ver si consigo encontrar un sitio para colarla. Como a 25 metros le mando un flechazo a la gallina, esta pega un salto y sale corriendo. ¡Le he atravesado!

En ese momento el resto de gallinas se vuelven medio locas, y una de ellas se asoma entre los arboles para ver que había pasado. Yo ya tenía un G5 puesta en el arco, le apunto al pecho y la dejo revoloteando en el sitio.¡Toma! Que pedazo pájaro. Desgraciadamente la primera gallina no la encontramos.

Seguimos el pisteo, pero después de seis horas tiramos la toalla, al ver en una huella que habían corrido. Es increíble como siguen la huella por ese bosque, mejor que cualquier perro de rastro. Otro par de horas para llegar al coche y comer algo.

Por la tarde nos asomamos en unas cuantas pans pero no vemos nada. A ver si mañana tenemos algo más de suerte, aunque yo no me puedo quejar.

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Cazadores Profesionales

En el campamento había cuatro cazadores profesionales. El nuestro se llama Conroy Hallgreen, y es el co-propietario de Safari S.A.. Le conocimos a él y a Brian Mullins en venatoria este año. Nació en Zimbawe y ha pasado por varias guerras, como la de Angola y Zimbawe. Empezó en Mozambique en la época dura, en
unos años en los que era necesario ir con gente armada en la parte de atrás del coche, y no podías salir de los caminos por culpa de las minas. Lleva ya más de 20 años cazando, un tipo duro y muy pero que muy trabajador, de pocas palabras pero una persona muy simpática. Usaba un 458 cerrojo con visor.

Luego también estaba Kevin Robertson, muchos le conoceréis por que es el autor de varios libros como "The Perfect Shot" (El libro más vendido en estados unidos de caza) y "Africa´s Most Dangerous". Este era el cazador profesional del grupo de cazadores que estaba grabando un documental de caza peligrosa. A parte de ser cazador profesional y escritor, también es veterinario. Pasamos agradables veladas alrededor del fuego con él. También me dedicó el libro que yo llevaba, "The Perfect Shot Mini Edition"

Rui era otro cazador profesional que andaba con un americano detrás de los búfalos. Él estaba allí haciéndole un favor a Conroy, ya que el tiene otra coutada en el lago Niasa.Dedica la mayor parte de su tiempo a cazar elefantes, tanto allí como en Zambia y Botswana. No tuvimos la suerte de cazar con él, pero se veía que era un profesional de pies a cabeza. Tuvo que irse antes por que le llamaron las autoridades para que fuese a cazar un elefante que estaba matando gente más al norte.

Por último está Brian Mullins, este se encargaba mayormente de vender los safaris por todo el mundo. Era el único sin licencia para cazar caza peligrosa y estuvo cazando antílopes con los del documental. Ya hablare otro día de la gente del campamento.
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