Canada 2008 (7)

15-4-06

Hoy amanece un día perfecto, me he despertado feliz de haber hecho mi “trabajo”.

El bueno de José Miguel y yo nos quedamos en el campamento mientras los demás se van, eso es lo malo de contratar un 2x1, por eso es bueno ir siempre con buenos compañeros, para que estos momentos no se conviertan en malos. Con José Miguel, no tengo ese problema y el se queda en el campamento igual de feliz que yo, seguro que al igual que los demás que nos acompañaron.

Nos quedamos toda la mañana haciendo el skinning al oso, para eso Michael es todo un profesional y parece que se dedica a la taxidermia. Es increíble con que cuidado y sin hacerle ningún corte a la piel, incluso en zonas delicadas como las orejas y la cara.

Decir que la carne de oso, aunque muchos no lo sepan, se guarda para comer, solo la carcasa la tiran para darle de comer a las alimañas del monte.



Un plato típico son las hamburguesas de oso. Lo malo es que tienen triquina y aquí no las llevan a analizar, solo le dan mas fuego a la carne o la cambian de temperatura.

Ya con el Skinning hecho, nos vemos a comer. El plan era salir a las 3, así que aprovechamos para estar tranquilo en el campamento y dar alguna vuelta en las piraguas.

Después de comer salimos hacia una zona nueva, pero no vemos nada, estamos cerca del campamento, pero la zona pinta muy bien.

A las 5 vemos un oso en el borde de la pista, paramos el coche desde lejos y José Miguel y Michael le entran.
El viento era perfecto y se iban acercando poco a poco.









Cuando llegan a los 60 metros, veo que el oso levanta la cabeza, pero no mira para mis compañeros, mira hacia el otro lado de la pista, ha oído algún ruido y empieza a caminar alejándose y se mete en el bosque sin darle opción a José Miguel.

Después de seguir por la zona, no vemos mas nada, “solo” cola blanca, algún alce, grousse y conejos, al llegar al campamento nos encontramos con nuestros amigos Kurt y Gary, que vieron dos osos en la pipeline, pero eran pequeños y no quisieron tirar.

Carlos y Fernando tuvieron a un buen oso a tiro, pero Fernando en el momento de tirar, se dio cuenta de que había dos crías pequeñas. ¡menos mal que se dio cuenta!

Mañana es el último día, según las noticias el tiempo va a seguir bueno, a ver si es verdad y disfrutamos como hoy

Canada 2008 (6)

14-5-08

Otro mal día hoy, no para de llover, pero al levantarme noto buenas vibraciones, no se por qué… Se lo digo a mis compañeros y ellos que me conocen se ríen.

Salimos rápido después de desayunar, vamos Michael, José Miguel y yo a la otra concesión a pistear el oso herido.

Tras unas horas por la autopista llegamos al sitio, desde que nos metemos por la pista estamos viendo mucho mule deer.

Al llegar, vemos a los otros cazadores y nos explican como le habían tirado al oso. Eran cazadores con arco también, nos contaron que hizo uno un rececho a un gran oso que estaba en el centro de un prado, fueron arrastrandose por el suelo, pero cuando llegaron a unos 100 metros, a el cazador le vinieron las dudas de si se podía acercar más y le pidió el rifle al guarda, le tiró algo nervioso y según él, no le pegó muy bien.

Después de las presentaciones, nos subimos al coche de uno de los guardas y nos llevó a ver el sitio y a ver si veíamos algún oso.
El terreno es gigante, miles de hectáreas, tiene distintos tipos de animales, desde osos a mountain goats, incluso tiene una zona para caza con arco, en la que tiene tree stands al lado de unos lagos, es una pena que no podemos acceder a ella por culpa de la nieve.

No para de llover y nos subimos a una montaña alta de la zona, donde se puede observar mucho o muchísimo terreno, aparte estan conectados siempre por emisoras con otros guardas, leñadores y camioneros, que les avisan si ven osos y en que zona están, pero hoy, con esta lluvia parece imposible. Por el camino podemos ver a un gran wapiti refugiado de la lluvia debajo de unos grandes pinos, por el cuerpo que tenía y por lo que nos decía el guarda tiene que ser muy grande.

Se ve una “finca” muy bonita y no estaría mal para otra visita, jejeje….

Se acerca la hora de comer, además acabamos de recibir una llamada por la emisora diciendo que no han encontrado el oso, ¡una pena!.

Ya por el camino, aunque es muy mal día, vemos una osa con dos pequeños en una linde de bosque y rápidamente se metieron en él. También nos cruzó un oso cimarrón bonito la carretera y fue todo un lujo verlo correr delante del coche.

Ya nos juntamos con Michael y nos dice que lo del oso tuvo que ser un “calentón de agujas” el oso cayo al suelo y al momento se levantó y salio corriendo hacia el bosque. Aunque siguieron mucho tiempo el rastro, no dio nada de sangre.

Volvemos al campamento a comer y en el caminos nos vemos a Carlos y Fernando en una tienda de arquería, era pequeña, pero tenía de todo así que aprovechamos para comprar alguna cosa y ver algunos arcos de este año. Aunque ahora está lloviendo en las noticias dicen que mejorara el tiempo esta tarde.

Al salir del campamento, el tiempo estaba mejor, había dejado de llover y hacía un poco mas de calor, vamos a una zona nueva y nada más meternos vemos a lo lejos un gran oso comiendo. La zona era muy limpia, era de pinos cortados, así que el rececho se va a hacer un poco difícil. Pero hay que intentarlo.

Empezamos el rececho desde lejos, la zona era abierta, pero aprovechamos la posición del oso para ir lo más rápido que se podía hasta una montañita que nos podría cubrir. El viento era bueno, pero desde que lleguemos a la montaña el viento nos entra cruzado, algunas veces mal. De todas formas el oso esta en una especie de valle entre la montaña, y vemos que allí el viento mueve la hierba hacia los lados, así que está bien. Esos detalles siempre hay que tenerlos, sobretodo aquí que hemos perdido osos por el viento.

Según salimos del “refugio” de la montaña, vemos que el oso se está alejando, nos paramos, me quito los prismáticos y todo lo pesado, me pongo los pies de oso y Michael también e intentamos acercarnos lo más rápido que podemos.

Así nos acercamos hasta los 80 metros, distancia en la que el oso se gira y empieza a caminar hacia nosotros.

Estamos los dos tirados en el suelo, tanto, que José Miguel desde su posición no nos ve. Yo me pongo en una postura donde me pueda levantar sin hacer movimientos bruscos, el guía echa mano a su rifle y lo pone cerca de su cuerpo, por si hay problemas.

El guía me canta la distancia, 60 metros, “lo intentas?” me dijo, le dije que no, que a cuarenta o menos mejor.

El oso se ve gigante, viene derecho hacia nosotros, con ese andar pesado, está recortando muchos metros. Mide la distancia otra vez y me dice que está a 38.

Esta vez si lo intento, aprovecho que da unos pasos hacia mi derecha y se pone cuarteado y desde mi posición de sentado abro el arco y apunto con el pin de 40 al corazón. El viento era fuerte y con rachas, pero el arco se me queda quieto un momento, pongo la burbuja del nivel en su sitio y disparo.

¡¡¡¡¡Zassssss!!!! La flecha le pasa por debajo de donde había apuntado y el oso se queda mirando hacia el otro lado, pensando en que le había pasado por debajo.

Rápidamente coloco otra flecha y le vuelvo a apuntar, aunque fallé el primer tiro, tengo la templanza de apuntar bien y volver a colocar el nivel, “tranquilo Jorge” me decía yo mismo y suelto otra flecha.

Esta sí le pega bien, justo al lado del corazón, que hace que el oso de un salto y se venga hacia nosotros.

¡Era impresionante ver a esa masa negra corriendo de frente contra nosotros!

¡IMPRESIONANTE!

Yo, tranquilamente (aunque no me lo crean), puse otra flecha mientras miraba al oso como se nos venía, mientras que Michael ya tenía su 30-06 encarado y como a 18 metros o menos le mete el primer tiro, que hace que el oso cambien un poco de dirección, momento en el le tira un segundo que hace que caiga muerto.

Yo, que ya tenía la flecha en el arco y preparado, salté de alegría junto con Michael y nos abrazamos y celebramos el lance, ahora si estaba nervioso, era imposible meter la flecha en el carcaj así que tuve que tirarlo todo al suelo.

¡Que lance Dios! ¡¡¡¡¡YUHUUU!!! El oso creo que no tenía intenciones de atacarnos, pero el guía, por nuestra seguridad decidió disparar. Me dio las gracias por no moverme, porque si nos hubiera visto, ni con los tiros lo paramos.

Decir que le tiró dos veces porque el oso ni se inmuto con el primero, solo hizo un ligero cambio de dirección. ¡¡¡Nos hubiera pasado como a dos metros!!!!

¡VIVA LA VIRGEN! Le grité a José Miguel, todavía tardó un rato él en llegar hasta nosotros, allí nos estuvimos un buen rato sacando fotos para inmortalizar estos momentos. ¡Que pena no haberlo podido grabar o sacar fotos de todo el lance! Pero estaba difícil y al final lo conseguimos.

José Miguel y yo, no paramos de cantar nuestra “típica” canción, jejeje…

En el campamento, todo fue alegría, abrazos, fotos, brindis, etc etc.....

Fernando y Carlos vieron dos pequeños, los americanos vieron otros dos, pero a los 60 metros se les marcharon sin posibilidad. El viento está muy cambiante en esta zona.

Hoy duermo mas tranquilo…

Canada 2008 (5)


13-5-08

Mal día hoy, esperábamos que amaneciera como ayer, pero no, esta lloviendo mucho y nos tememos lo peor, los osos así no se mueven.

Los guías deciden que nos quedemos en el campamento, con la intención de salir al medio día si mejora un poco. Nosotros cada vez que aflojaba un poco de llover, aprovechamos para tirar un rato con los arcos o hablar con los amigos americanos. Y ver a algún valiente pescar en canoa

Después de comer, parece que mejora un poco la cosa y nos movemos a la zona donde vimos el “amarillo” e intentamos hacerle una espera en un alto, para intentar entrarle si lo vemos.
Nos quedamos allí como dos horas, hace mucho frío y la cosa no pinta bien, así que nos volvemos. No se movía nada por el bosque.

Lo único que pudimos ver fue a un castor intentando talar un pino cerca de la pista, la verdad es que uno no se los imagina tan grandes. Eran todo un problema en la British Columbia. Había muchas inundaciones porque tapaban los canales con sus troncos.

Michael, por el camino, recibe una llamada de un profesional que tiene la concesión de “al lado” (como 3 horas de camino por la autopista), dicen que tiraron a un oso pero no lo encuentran. Michael es conocido por tener uno de los mejores perros de rastro de la zona (sabueso húngaro). Así que vamos a tener una mañana movida si el tiempo nos acompaña.

De vuelta al campamento, nos cruza un oso pequeño la carretera, pero sin intención de pararse por lo menos para sacar una foto.

Carlos y Fernando tuvieron mucha más suerte que nosotros en “su” zona. Vieron 5, uno de ellos gigante en una pista. Carlos pudo acercarse como a 50 metros, el oso, como no sabía lo que eran esos bultos opto por acercarse, el oso se fue acercando poco a poco hasta unos 35 metros, siempre con mirada “desafiante” hasta que un cambio de viento hizo que se metiera en la espesura sin posibilidad de un tiro.
Fernando tuvo otro a tiro pero un poco largo, como 40 metros, pero no quiso arriesgar.

Los americanos, también vieron dos pequeños, pero no quisieron entrarles.

Ponemos las noticias del tiempo,aunque ahora esta mejor que esta mañana dicen que mañana va a estar peor, la cosa no pinta bien, aunque dicen que el viernes mejoran los días…un poco tarde para nosotros.

Canada 2008 (4)

12-5-2008

Hoy amanece perfecto, un día precioso, con mucho sol, los guías se levantan contentos, algunos bailan en el porche de su caseta, “hoy vamos a ver osos” nos decían. Eso esperamos que para eso hemos venido.

La verdad que da alegría cuando te levantas a cazar y hace buen tiempo, y más si estas a unos 10000 kilómetros de casa.

Vamos a una zona buena, por el camino nos cansamos de ver cola-blanca, ciervo mula y caza menor, ¡ que pena que no es la época! Que si nos lo hubiéramos pasado mejor todavía.

En el camino vemos una víbora muerta con colores muy llamativos, pero nos dicen que no es venenosa, ya por la tarde vemos un oso, en un buen sitio, José Miguel se prepara, no está lejos y el oso parece tranquilo. Yo me quedo en el coche, que desde aquí y con el zoom de la cámara puedo sacarle foto sin estorbar.

Le hacen la entrada por una pista vieja, los veo desde mi posición, el oso esta tranquilo, moviéndose poco, solo cuando cambiaba para seguir comiendo. El viento lo tenían cruzado y desde mi posición veo que hay muchas posibilidades. El oso se va hacia la izquierda de la pista y se pone a comer tras unos troncos caídos.
Miro hacia atrás intentando buscar a mis compañeros, a ver por donde van, pero ahora no los veo, hay un trozo de bosque que me lo impide, así que con los prismáticos busco otra vez el oso y veo que sigue en la misma posición.

Ahora veo a mis compañeros, estarán como a 45 metros y el oso empieza a moverse en dirección a la pista, uffffff…..

El oso se vuelve a parar, pero José Miguel y Michael siguen avanzando, miro otra vez al oso, pero por ahora no los ha visto. En eso Michael se abre hacia un lado para dejar pasar a José Miguel, pero esta vez el oso si los ve o los oye porque lo veo levantar la cabeza, cruzar la pista y subirse a un montículo de arena y se para a oir y a coger el aire.

José Miguel está como a 30 metros, le ve el lomo, pero no puede tirarle y el oso se empieza a ir, cuando llegan hasta la loma lo ven lejos entrando en el bosque.

Ha sido un lance muy bonito y he disfrutado como si lo hubiera hecho yo, al llegar me comentaron que no llevaron los pie de oso, imprescindible para cazar en ese terreno, porque se hacia mucho ruido intentando acercarnos y los osos tenían un oído y olfato increíble.
Que pena que el oso se volvió a la pista, yo pensaba que le iba a tirar a diez metros, porque estaba en un buen sitio.

¡Bien por José Miguel! Casi lo consigue y lo mejor de todo es que disfrutamos igual de la caza, ¡Da gusto cazar con gente así!

Por el camino nos encontramos con Fernando y Carlos y nos paramos a hablar con ellos, han tenido muchas oportunidades, algunas claras.
Fernando estaba recechando con su guía en la Pipeline, Carlos se quedó en el coche y mientras escribía su diario ve a un oso desde su posición. Decide si ir o no ir, ya que era media locura ir sin backup, pero se decide y le entra.

Empieza a recortar distancia, tanto, que se coloca a menos de 20 metros, el oso esta tranquilamente comiendo al lado de unos pinos.

Le recorta unos metros más y se coloca como a unos 17, el oso está perfectamente colocado, pero unas ramas le tapan la zona vital, las ramas no son grandes, pero suficientes como para dudarlo, (Carlos tira con un longbow Chastain de 56), en esos momentos de indecisión, si tirar o no tirar, cambia el aire y el oso se va.

Carlos con ese lance hizo la cacería (como decía él) acercarse a un oso grande, a menos de 20 metros, con un cacho palo y sin un rifle que te cubra, ya tiene mérito.

A Fernando, en la Pipeline vieron uno grande a 35 metros que se le metía en el monte, el guía lo reclama y el oso le sale y se le queda mirando. Fernando coloca una flecha y el oso entra en el bosque, veía algo pero no sabía lo que era. Lo vuelven a reclamar y sale el oso por el mismo sitio pero a dos patas, se queda un rato de pie, intentando averiguar que era eso. Fernando no se decidió porque no se entendió con el guía y al final no tiró.

Los dos disfrutaron de lo lindo con sus lances, nosotros seguimos hacia la zona de ayer, en la carretera vemos un oso pero sin posibilidad de entrarle.

Cuando llegamos a la zona, nos ponemos a caminar y después de un largo rececho, en el fondo de un valle, veo un bulto amarillo, como estaba al lado de las plantas del mismo color, no le presto mucha atención, pero cuando lo vuelvo a mirar veo que se mueve, se levanta y empieza a caminar para el monte.

Era un oso grande o muy grande, al verlo correr me creía que era un grizzly por su color, era amarillo, el guía no había visto ninguno de ese color en la zona nunca, estábamos de suerte.
Estaba a 120 metros, se paró y me dio tiempo a sacarle unas fotos, era un bicho precioso que para un rifle hubiera estado muy accesible, pesaría mas de 150 kilos seguro. Disfrutamos de él hasta que se metió en el monte.

Cuando regresábamos al coche, vemos otro oso, está a 45 metros de la pista, tenía alguna rama delante y José Miguel, sabiamente, no quiso arriesgarse a tirar. Allí estuvimos un buen rato hasta que el oso se tranquilizo y se acostó. Estuvimos pensando en entrarle, pero el terreno estaba muy sucio, así que mejor era que se moviera él. Estábamos al borde de la pista y puede ser que suba a comer.

Al rato se levanta, oímos un ruido en el fondo del barranco, quizás otro oso, que hace que este se asuste y corra hasta la otra ladera, allí buscó el abrigo de unos árboles grandes para pasar la noche.

Ya era de noche, así que volvemos al campamento. Allí están los americanos y hablando con ellos vieron 5 osos y 2 linces.

Después de un rececho de dos horas, porque vieron a un oso tumbado en medio de una campa, pudieron tirarle a unos 22 metros a un gran oso, pero los nervios le jugaron una mala pasada y la flecha le pasó por arriba. ¡Para la otra vez será Gary!

Carlos y Fernando vieron en total 9, alguna madres con crías, pero que le alegraron el día.

Alces, ciervos, grousse, conejos, etc etc eran ya normal verlos, eso sí, nos cruzo un lobo negro a José Miguel y a mí, pero era ya casi de noche.¡En total, 18 osos y muchos lances! Esto se anima, a ver que pasa mañana.