Semana en el Campo - Dia 2 -

No puede ser, ¡Si me acabo de meter en la cama!. Apago el móvil y asomo el perolo por la puerta de la tienda, ¡Que rasca!, que pereza salir con lo bien que se esta dentro del saco. Es mejor no pensarlo, así que salgo y me visto lo más rápidamente posible, con diferencia la peor parte es salir del saco,luego mientras me tomaba un cafecito ya estaba encantado.

Salgo andando del campamento en cuanto se empieza a ver, voy a una zona en la que tengo un macho fichado bastante majo. Aquí pongo un video desde el treestand de mi amigo.



De camino a su casa no veo nada, no se porqué pero me temo que es uno de esos días muertos. Pero le tengo bastante localizado, ya le he visto unas cuantas veces y he estado apunto de tirarle un par de ellas.

Al entrar en el bosque medio desaparezco entre los helechos, ¡Como están de altos!, tenía que haberle echado mano a principio de temporada, ahora para ver un corzo aquí esta muy complicado. Al rato veo un lomo andando entre los helechos, y por la zona podía ser él perfectamente, ¡Que nervios!. Está como a unos 50 metros pero no levanta la cabeza, finalmente me ofrece una vista de su trasero, hembra.





Me quedo un rato mirando a ver si se mueve el macho con ella. Nada... Espera, ¡Me parece que algo se ha movido!, pero la corza ya se esta metiendo en el monte cerrado, tengo que hacer algo. Hecho mano al buttolo, ¡Fiii!, ¡Fiii!. Sale corriendo la corza como una loca entre los helechos, yo espero preparado por si viene el macho detrás. La corza se me planta a unos 7 metros y pega un ladrido que hace temblar los robles, está muy cerca, pero soy incapaz de verla. Se da la vuelta y se mete para el monte, sola al parecer.

Poco a poco vuelvo al campamento por unas campitas preciosas, que primavera a venido este año, ¡Estoy empapado!. Cuando llego al campamento están Juanjo y Julito esperándome con Bob, así que de la misma subimos para el comedero.

Le soltamos a Bob con la campanilla desde el coche, sale corriendo como un loco para el comedero, él ya sabe lo que hay que hacer. Llegamos al sitio del tiro y antes de encontrar la primera sangre oímos al enano ladrando barranco abajo, ¡Ahí lo tiene!. Es un crack, en menos de 15 segundos ya lo había encontrado.

Bajamos los tres bastante rápido y allí estaba Bob despellejando al jabalí. ¡¡Yuhuu!!. Había corrido unos 50 metros pero con mucha pendiente, el tiro se había quedado un poco más trasero de lo que me hubiese gustado, pero la muzzy había hecho un destrozo brutal. Le entro por la tripa y le salio por la paletilla opuesta.(Y pensar que me reía del Guanche cuando se compró esas puntas tan feas..jajaja).




Me echo una siesta más agusto que un arbusto con mi jabalí, para salir luego a la tarde. Menuda forma de empezar la semana, llego y beso el santo. Poco a poco se me va quitando el mono.

Por la tarde me voy pronto a la umbría, haré una espera a cochino, pero con la opción de tirar a corzo en una campa preciosa que tengo delante del treestand. El viento está un poco tonto, y una familia de jabalíes que oigo dentro del monte no se decide a entrar.

Como a eso de las 9:00 veo dos corzos cruzar la campa, tan rápido que no veo lo que son. Me preparo y me pongo de pie, la campa me pilla un poco a contra pie y me tengo que levantar para tirar. Al cuarto de hora aparece por el fondo una corcita, que poco a poco viene hacia mí, pasandome a unos 10 metros de la base del árbol, una pena que esta vez no le siga su compañero. Le saco unas fotos, pero estoy tan nervioso que la mayoría de ellas salen borrosas. La zona de tierra levantada es donde tengo, bueno, tenía la piedra de sal, que las vacas lo han debido levantar.





Ya de noche oigo como vuelven los mismos jabalíes que no se habían decidido a entrar de día. Se trata de una hembra con cuatro rayones, ¡Que majos!. Les saco unas fotos con flash, quería ver como reaccionaban, siempre he estado tentado de comprarme una trailcamera pero me da miedo que espante a los jabalíes. Teníais que ver como corrían con la primera foto, y eso que se las saque desde el árbol y no desde el suelo. Como tienen hambre al poco rato vuelven, pero un macho grande no se yo si volvería, mejor, un trasto menos que comprar.

Me quedo un rato disfrutando de su compañía y cuando se van me bajo, se me esta haciendo tarde y mañana hay que madrugar. A ver si mañana hay más suerte, aunque de momento no me ha ido mal...