Día 2 10-5-2008
Ayer por la noche nos sorteamos quien iba con quien, me tocó con Chamán (José Miguel) y tambien a quien le iba a tocar hacerle las entradas a los osos, al principio pensamos en un día a cada uno. Hoy fuimos con Ken, gran conocedor de esta zona ya que es su concesión.
El plan era sencillo, nos levantábamos a las 7, para desayunar a las 8. La hora de salida, 9:30 -10 de la mañana, según como estuviera el tiempo.
La forma de caza no era del todo espectacular, nos hubiera gustado más ir a caballo, pero la economía no nos lo permite, así que nuestro “aliado” va ha ser un pick up, con ellos recorres muchos kilómetros de pistas (algunas veces 250 kilómetros) y llevarte a sitios distintos.
El primer día nos llevó Ken a una zona de granjas, ya que los grandes osos se acercan mucho allí porque es el primer sitio donde sale la hierba, además que los osos grandes solían atacar al ganado.
El tiempo no era el bueno, llovía algunas veces de forma intermitente y a los osos no le gusta ni el frío ni la lluvia, pero a ver si tenemos suerte.
Como a las 11:30, cruzando un paso a nivel de un tren, vemos en el borde derecho nuestro primer oso, un gran oso, tumbado tranquilamente.
Aparcamos el coche y aunque el viento lo teníamos fatal le digo a Ken que la única forma de cazar es intentándolo, así que empezamos a meternos por el monte intentando recortarle distancia, el oso estaría como a 500 metros, así que no tardaríamos mucho en llegar. Cuando nos podemos “asomar” a ver la vía vemos que el oso ya no estaba, era facilísimo que nos cogiera el aire por mucho rodeo que le hubiéramos dado, aún asi seguimos caminando por las vías y en eso que como a 100 metros salen del bosque dos osos peleandose, que aunque no eran del tamaño del grande, ya tenían su tamaño. Fue impresionante verlos así tan cerca, nos quedamos quietos a ver su reacción, pero enseguida nos cogieron el aire y volvieron al bosque. Decir que estos bosques son impracticables, caminar por ellos es casi imposible, haciendo ruido fácilmente.
Llegamos al coche y le contamos a José Miguel lo sucedido, pero él lo estaba viendo desde lejos. Cuando arrancamos el coche y después de haber estado hablando allí, ¡¡¡Nos cruza otro oso la pista!!! Nos bajamos del coche, a ver si lo volvemos a ver, pero nada.
¡¡¡¡4 osos en un momento!!!!
Después dejamos el coche y estuvimos subiendo y bajando montañas, haciendo unos recechos preciosos en busca de los osos, pero el tiempo no ayudaba, durante el rececho vimos algunos ciervos mula, una pena que estuvieran aún sin cuerna.
Ya al medio día, vemos en el fondo de un valle a una osa con dos crías, una de ellas cimarrón, el guarda nos dice que su padre es gigante y que siempre anda por la zona. La osa se iba alejando y nos fijamos, que era porque cerca tenía a otro oso. Estaba comiendo tranquilamente.
Nos preparamos y le hacemos una entrada, teníamos que bajar por una ladera, luego cruzar un barranquito y ya nos poníamos encima de él. Bajamos y cuando lo vemos ya se había movido y estaba en la linde del bosque, conseguimos ponernos a unos 40 metros, pero el aire empieza a cambiar y el oso se mosquea y se mete en el monte, pero con dirección hacia nosotros. Todavía Ken y yo, nos podemos acercar unos metros más y nos ponemos a 30, el oso empieza a caminar hacia nosotros y el aire sigue cambiando, lo veo que me viene, el terreno muy sucio para tirar pero ya tenía puesta una flecha por si acaso, sigue acercándose. Si sigue, le voy a tener que tirar a unos 13 metros, en el único claro que tengo, Ken ya está preparado con el rifle.
El oso se para detrás de un arbusto cerrado, no estará a 20 metros, levanta la nariz y da un salto y se va corriendo, nos ha cogido el aire, pero que lance mas bonito. Ahora se le oye respirar a Ken mejor, jajaja… nos reímos y me decía “close encounter”jajaja… le doy las gracias por el lance. Estuvimos cerca para ser el primer día.
Chamán, estaba unos metros mas arriba contemplando todo, pero desde su posición no pudo ver al oso.
Volvemos al sitio elevado desde donde vimos los osos y nos sentamos a “glasear” como lo llaman ellos (mirar con los prismáticos). Allí estuvimos 3 horas, vimos dos manadas de ciervo mula, una de 3 y otra de 6, un coyote, aguilas y volvimos a ver a la osa con sus dos crías. Eran las 6 de la tarde y paramos para comer un rato y hablar de “negocios”, jeje…
Nos movemos de zona y volvemos a ver mucho ciervo mula, incluso en los jardines de las casas, también grousse y conejos.
Ya por la tarde vemos un oso gigante en medio de una campa, le damos la vuelta intentando entrarle con el aire perfecto, pero sigue muy cambiante, eso es que viene lluvia nos decían. Cuando lo vemos estaba echado como a 10 metros de una linde de bosque, Ken y yo nos arrastramos por el suelo y cuando llegamos a 40 metros me dice si puedo tirarle desde ahí, el oso no era normal, ¡¡¡Era gigante!!! ¡¡Me lo repetía una y otra vez!! ¡¡Eso no se dice!! Yo le digo que si soy capaz, había entrenado para tirar mucho mas lejos, y me dice que lo intente, pero al verlo tumbado me pongo cuerpo a tierra y empiezo a reptar hacia él, hasta que ya no podía más. Le veía la loma, me pongo con las rodillas en tierra y me pego a la orilla del bosque a esperar que se levante. Mido distancia 32 metros, un tiro más o menos fácil.
No lo veía entero, solo su lomo y se le veía gigante entre la hierba verde, el pelo, con el brillo de los últimos rayos de sol brillaba.
En eso que noto movimiento, el oso levanta la cabeza, levanta la nariz y de un salto se levanta mirando hacia nosotros pero sin vernos, se me queda muy frontal para tirarle a un bicho de ese tamaño y menos con lo peligroso que son. Yo estaba a medio draw, el oso cogía el aire, ¡¡¡Que grande era!!! Pero da una especie de bufido y se mete en el monte sin posibilidades de tiro.
¡¡¡Que lance!!!! ¡Que suspiros dimos Ken y yo! Me dio las gracias por no tirar ya que se nos hubiera venido casi seguro y me dijo que no había visto a nadie acercarse tanto a un oso de ese tamaño, ¡¡¡Él le echaba como 8 pies y mas de 200 kilos!!! Hacía años que no veía un oso negro tan grande.
Volvimos al coche, todavía de día (oscurece a las 10:30 y amanece a las 5:15). Ya casi de noche cuando volvíamos al campamento, vemos un oso en una ladera de fácil entrada. Le hacemos un rececho rápido, ya que se nos hacía de noche, con un viento perfecto y cuando estábamos a 14 metros (por no decir menos), solo quedaba asomarnos, Ken me deja paso para que vaya primero, en eso que me agarra del brazo y me tira hacia atrás porque vemos un osesno subiendo a un árbol, era una madre con una cría y a esa distancia se te suelen venir fácilmente.
De vuelta al campamento, vemos otra vez a los mule, whitetails, un alce y mucha caza menor.
Carlos y Fernando no tuvieron tanta suerte, vieron solamente uno, pero al hacerle la entrada el bicho los olio.
Lo mismo le paso a Gary y a Kurt, que también vieron uno, pero les pasó lo mismo. Hay mal tiempo, nosotros tuvimos suerte porque en la zona de las granjas había mas movimiento por la hierba.