José Miguel nos sigue contando la historia...
" Habían transcurrido apenas cuatro meses desde mi regreso de Sudáfrica, a donde había ido con El Guanche, Peio y Carlos, cuando ya estaba viajando a Texas. Aunque lo cierto es que cuando me fui a Sudáfrica ya lo había hecho con el billete de Texas en el bolsillo. ¡ Es que eso de Poner Fecha !.....
Los primeros días habían sido movidos. Como lo fueron el resto de días que duró la estancia por aquellas latitudes.
El primer día donde Smitty, pude recechar. Hacer una entrada, aunque sin éxito, a los Jabalís, y montar en un puesto donde me entraban Ciervas, Pavos, y más Jabalís, pero sin exito de tiro.
Luego, donde el Rancho El Indio. Pude abatir un Jabalí, y perdonar a otros tres. Pesó 65 Kg. Pero ya esa historia la contó el Guanche.
Donde el rancho Guerra, tuve muchas oportunidades, y bastantes lances, pero la elección del peso de las flechas ( con peso extra incluido), no fue la correcta. Excepto un tiro cercano, a unos 7 metros, que significó que saliese demasiado alto , el resto de disparos fueron a 25 / 30 metros......... y ¡ Claro ! con el peso extra, todos ellos fueron bajos.
Así pues, del Rancho Guerra me fui de vacío. Quedaban unos días en el Racho de Smitty. Intentamos el Bobcat, pero ni Pedro, ni Fernando, ni Yo, tuvimos el día. El clima no acompañaba, mucha lluvia y frío.
---------Vistas del campamento------------
Un rececho en los últimos días, junto al Guanche, nos permitió ver como un Pavo huía de nosotros, sin darnos oportunidad a disparar, y como un buen ciervo macho, nos vió a larga distancia y se nos escondió en el brushcountry.
Asi que después de tantos días con solo un Jabalí en el haber, y con muchas oportunidades falladas y/o perdonadas ( Ciervas a las que no quise tirar, otras que me olían dentro de los Blinds, y Carneros que se resistían ), me presenté en el último día.
El día había comenzado muy frío. Con lluvia y granizo. Dejé el traje de agua en el campamento, pues iba, ese día a montar en el puesto número 15. Una caseta de madera, con una ventana frontal y una lateral, cubiertas con una tela que permitían disparar a través de la misma. Así todo el frío se hacía notar, y yo deseaba salirme del Blind y ponerme a recechar, pues al menos así, calmaría el frío y la sensación de que la humedad se calaba en mis huesos. Me quité el reloj y lo puse en la ventana. Al poco tiempo el Barómetro marcaba que la temperatura era de - 3 grados centígrados. Fue cuando comprendí porque el frío estaba haciendo efecto.
En eso aparece un Pecarí solitario. Salió por mi izquierda, y comenzó a comer en la parte del comedero que más distaba del Blind. No era pequeño. Monté el arco y entre los nervios y el frío no conseguía mantener el pulso. Así que desistí, intenté dar calor a mis brazos y manos e intentar de nuevo el disparo. El pecarí estaba a 25 metros, pues no terminaban de ir hacia la comida que más próxima estaba al Blind. Disparo, y bufff, vuelvo a fallar. ¡ Demasiado bajo !. Una vez más el peso extra en la flecha me había vueltao a jugar una mala pasada. Bastante desanimado, salí a buscar la flecha, que se había quedado clavada en el barro, volví al Blind, y decidí quitar todo el peso extra a las flechas. Cuando acababa de quitar el peso a la última flecha, aparece una manada de unos 12 pecarís. Entraron también por mi izquierda y comenzaron a comer más lejos aún. Se movían en una distancia que iba de los 27 a los 30 metros del puesto.
Cuando un buen ejemplar, se puso en el punto más cercano. Justo donde le había disparado al anterior, cargué, respiré hondo, y puse el Pin en su costado. Bajo, bastante bajo, pues sabía y había visto la capacidad de reacción de esos animales. Disparé, y vi como la flecha fue hacia el sitio correcto, a la vez que observaba como el animal iniciaba sus movimientos de reacción. La manada corrió hacia la espesura y dejé pasar un tiempo prudencial. Avisé a Smitty por la radio, y tardó aún otra media hora en llegar con Hunter. Comenzamos la búsqueda. No hallábamos sangre. Y de repente vemos como en un cambió de dirección, había roto un enorme cactus y había dejado una gran huella de sangre. El rastro se seguía facilmente, no podía estar muy lejos.... y después de unos cortos minutos de búsqueda allí estaba.
Al reconocer y chequear la entrada y salida de la flecha, tanto Smitty como yo, pudimos observar como la flecha había entrado por el sitio correcto, pero que con el movimiento de giro y huida del animal, ¡Aquella fue a salir por el Jamón trasero del lado contrario ! ¡Y eso que estaba totalmente cruzada! ¡Sencillamente increíble! El abrazo con Smitty : Efusivo. !Va por tí Brother !.
¡El retorno ya sería mucho más alegre ! "
Un viaje que no olvidaremos nunca, tanto por la organización, como por el grupo tan estupendo que fuimos.
Hemos dejado muchas cosas pendientes, y no me extrañaría que volviésemos a ir dentro de poco otra vez, creo que habrá que ir pensando en poner fecha...
Un fuerte abrazo a todos, y a ver si nos juntamos más a menudo.
Anímate y entra a comentar la cacería en "Texas 2006"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario