SUDAFRICA 2006(2)

MIERCOLES, DIA 2
Nos levantamos a la hora prevista y probamos los arcos. Mi agrupación es pasable pero no me convence del todo, así que, para sorpresa de Wiehan, le quito las miras y cazaré en instintivo ya que agrupo parecido y me siento más cómodo.Salimos hacia los puestos. Guanche va con Wiehan y Carlos, José Miguel y yo vamos con Chris.
Hace bastante viento y frío, de hecho está todo helado, (después nos enteraríamos que ha sido el invierno mas frío en Sudáfrica en muchos años).
Dejamos a Carlos en un puesto de suelo bastante majo, tiene en las cercanías los restos de un blesbok al que los chacales “le tienen cariño”, A ver si entra alguno y se lleva un flechazo del longbow...
Yo me quedo en un puesto de árbol en el que ayer vimos dos facos. El puesto es como una cabaña en el árbol. Está cerrado por todos los lados y el suelo es de ramas, por lo que es un poco ruidoso, pero, teniendo cuidado, es “aprovechable”.
Nada más llegar hemos espantado unas gallinas de guinea y una manada de blesbok que estaban en las cercanías.
Nos han colocado a cada uno en el puesto que consideraban mejores para las especies que queríamos cazar cada uno. En mi caso oryx, eland y “varios”.
Cada vez hace mas viento, esto se mueve de mala manera...... UMMMMHHHH….
Me han venido a recoger a las 11:30 y sólo he visto los blesbok que han vuelto y se han echado en mitad de la sabana. Ahí se siente protegidos, porque con este vendaval solo pueden defenderse con la vista.

También me ha cruzado un faco a la carrera a unos cuarenta metros, parece que venia espantado de algo, pero no me da la oportunidad ni de abrir el arco
Comemos y, sobre las dos, salimos de nuevo.
Como sigue el viento, el Guanche y yo vamos a recechar. Vamos a la zona montañosa porque es más apropiada para ese tipo de caza.
Nada mas empezar vemos unos kudus y Chris pide un voluntario: je je.
Intento acercarme dando un rodeo, pero cuando llego a la zona donde estaban, veo que han desaparecido- la verdad es que son como fantasmas.
Seguimos recechando y vemos cebras, un faco y una hembra de nyala. No esta nada mal para poco más de una hora de rececho.
Cuando estamos de vuelta llama José Miguel por la emisora, ha tirado a un faco.
Vamos a rastrear todos con Matías (el perro de sangre).

El rastro es escaso pero más o menos continuo. Le seguimos durante bastante trayecto pero al final el tiempo se hecha encima y el Guanche y yo vamos a los puestos dejando a José Miguel con Wiehan y Matías siguiendo la búsqueda.
Yo vuelvo al puesto de la mañana, es tarde y sigue el viento.
Poco después de llegar se pone el sol y me bajo al suelo porque ya no es viento: es un vendaval, el árbol se mueve como un barco en un temporal y tengo que agarrarme para no caerme.Asi que, una vez en tierra firme, me escondo en un arbusto.
Al rato vienen tres facos pero con ese viento no terminan de entrar y se van; poco después se acerca un grupo de ocho blesboks, pero se dan la vuelta.
Cuando casi no se ve, mengua el viento y entra un faco grande de frente. Está un buen rato pero no le puedo tirar por la postura en que se encuentra. Aparece un eland joven. El faco se va y yo estoy mirando al eland hasta que veo acercarse unas luces. Vienen a recogerme y el eland se espanta.
El Guanche ha cazado un faco bonito que tiene la jeta llena de cicatrices. Sacamos las fotos en el campamento ya de noche.

Cenamos, lo celebramos:

y quedamos que al día siguiente vamos a pasar todo el día en los puestos.

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