SUDÁFRICA 2006 (8)

MARTES, DÍA 8
Nos quedan tres días de caza. Estoy con el Guanche y Wiehan en otra zona que teníamos sin tocar. Son novecientas hectáreas de terreno montañoso, con pequeños valles, muy bonito para cazar. Aquí las especies más numerosas son los ñus, kudus y babuinos. Pero también hay eland, cebra, jirafa. etc.… También es sólo para cazar con arco y hay únicamente dos puestos. Yo me coloco en uno que está bastante alto en la montaña con una vista preciosa

Es un puesto elevado pero no muy alto y cerrado completamente. El suelo es de tablas y puedo tumbarme cómodamente. Esto último es importante porque voy a estar todo el día.


Nada mas llegar oigo unas carreras detrás del puesto pero no veo nada. Al poco veo algo marronáceo acercarse a lo lejos y resulta ser un burro salvaje. Es la primera vez que veo uno.

Hace calor, son las doce del mediodía y mientras escribo esto me esta entrando un ñu bastante bueno. Luego sigo.....
El ñu no ha terminado de acercarse, se ha quedado parado a unos cincuenta metros y de repente ha salido corriendo y saltando encabritado. Están como cabras.

Son casi las tres y no hay movimiento. Se nota el efecto de la luna llena. Estos días los animales empiezan a moverse casi exclusivamente a última hora de la tarde, siendo las horas centrales bastante sosas. En estos días anteriores he visto muchos mas animales a última hora que al amanecer, con mucha diferencia.

¿Qué decía yo? A las seis menos veinte venían por la derecha tres cebras y un ñu; se han parado a unos ochenta metros, observando... Una cebra se ha acercado trazando un círculo completo alrededor del puesto y me ha venteado. Ha salido a la carrera, resoplando y juntándose con los otros que han huido en tropel.
Poco después he visto a lo lejos dos jirafas pasando entre los árboles, solo se veían las cabezas.

A eso de las seis he oído el inconfundible clic-clic que hacen los eland a la caminar. Mientras se acercaban he puesto en marcha la cámara de video y me coloco en posición. Son cinco, un macho muy bueno con cuatro hembras, una de ellas preciosa con una cuerna perfecta. La luz empieza a escasear pero todavía es razonable tirar, se que queda poco tiempo minutos pero espero a que me presenten el costado. Están a 25 metros pero no terminan de colocarse como yo quiero, son enormes y no quiero arriesgarme a dejar ninguno herido.
Pasan los minutos y se hace de noche; ya no tengo oportunidad de tirar. Oigo el motor del 4x4 que viene a buscarme y los eland y una jirafa, que estaba a mi lado y no había visto ni oído, se van pausadamente hacia la espesura.
La jirafa es tan grande y ha pasado tan cerca que me ha tapado completamente la ventana del puesto.
Hoy no ha podido ser pero he estado cerca. Muy cerca.

Cenamos y después de un rato de charla, nos preparamos para una cacería nocturna.
Vamos a intentar cazar alguna spring hare (es una especie de liebre con las patas muy parecidas a los canguros y se desplaza a saltos de una forma similar a como lo hacen esos marsupiales).
Preparamos unas cuantas flechas con cinta reflectante y nos subimos los cuatro en la parte de atrás del pick-up. Dos con los arcos a cada lado, uno en el centro con el foco y el cuarto detrás con la cámara de vídeo.
Nos abrigamos bien porque en cuanto se mete el sol enfría de repente.
Salimos hacia una zona mas abierta en la que esas liebres son más abundantes, es una especie estrictamente nocturna por lo que es cazada habitualmente fareando.
Al poco de salir vemos la primera, o por lo menos sus ojos. Son enormes, verdes y aparecen y desaparecen entre el pasto siguiendo el ritmo de los saltos. Hacemos media docena de disparos cada uno pero es muy difícil porque esas liebres no se están quietas y a todos (incluido Wiehan que se lo esta pasando de miedo con estos locos españoles) nos ha dado un ataque de risa al verles aparecer y desaparecen entre las hierbas.

Entre el cachondeo, y lo difícil del tiro, tenemos un resultado de: cazadores 0, liebres 1.

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