Extremadura 2007 -EL VIAJE-

Por Gerardo Pajares:

"Cuando hace algunos meses el bueno de Carlos Cayuela, “Lobo”, me comentó su idea de reunirnos a unos cuantos para cazar en Extremadura, me llenó de ilusión para, a continuación, quedarme chafado, ya que las fechas coincidían con un viaje que tenía programado. Seguí como testigo las cuitas de los que hubieran sido mis compañeros, cazadores de lujo, con los que hubiera metido una pata en el infierno por haber coincidido.

Por esas cosas del destino hube de aplazar mi viaje y pregunté sobre la posibilidad de incorporarme, desconociendo que la aventura se había anulado por cosas de la salud del suegro de Carlos. Quiso la fortuna, y la recuperación del enfermo, que con mi mensaje se reactivase la convocatoria con los que acordamos acercarnos a Extremadura al finde del 7 al 9 de septiembre. Desde entonces todo fueron nervios e ilusión.


A inicios de julio había sufrido yo un percance rastreando un jabalí, clavándome una espina en la segunda articulación del dedo anular, que me produjo una seria infección que me tuvo dos meses sin poder coger el arco, así que tuve que emplearme a fondo en dos semanas para poder tirar con un mínimo de acierto. Emplumé unas cuantas flechas, afilé algunas puntas y encargué a Jorge un blister de Montec G5 que era los que tenía más a punto.

Entre tanto los mensajes entre nosotros iban acelerándonos el pulso. Con el paso de los días iban surgiendo propuestas, “yo llevo esto”, “yo lo otro”, “joder qué planazo”. Lo mejor no sería la caza sino la oportunidad de encontrarnos y conocer en persona a cazadores a los que admiraba y a día de hoy admiro más si cabe.

Y llegó el gran día. El 6 de septiembre, jueves, arranqué en dirección a Madrid. Por razones familiares debía hacer un alto en la capital del Reino y aproveché la ocasión para quedar con Pedro (el Talibán) y Peio (Bushman) y luego recoger a Jorge (Guanche) en Barajas. Pedro, generosamente, me invitó a pasar la noche con ellos, departir mientras cenábamos y dar una vuelta a los conejines.

Salí sin novedad de mi casa y tras 5 horas llegaba a la casa de Talibán, siendo recibido por él y por Bushman con los arcos en ristre. ¿Puede haber mejor recibimiento? Saludos y abrazos, presentación de Runa y al punto salimos hacia J&P donde teníamos cita.


Tras un breve recorrido turístico por Madrid arribamos a la tienda donde nos recibió Emilio con un caluroso saludo.¡ El tío es igual que en la foto de su avatar! Nos pareció un tío magnífico, activo como un lirón, y más simpático que Chiquito de la Calzada. Los ojos de los tres viajeros saltaban de estantería en estantería queriendo empaparnos de los que había expuesto, pero a la vez sin perder el hilo de las conversaciones que se atropellaban. Al rato salió Jorge, más ocupado que un ministro, y nos recibió cariñosamente. Al punto Talibán se empeñó en probar disparadores, arcos, flechas y anduvo pegando tiros -¡anda que no tiene peligro!-. Entre tanto Runa, que nos había acompañado se iba tranquilizando ya que está poco acostumbrada a andar por la ciudad, no sin antes haber enseñado los dientes a la cachorrita de teckel que Jorge está iniciando en la caza.

Finalmente recogí unas puntas que tenía encargadas y alguna cosa más, y tras echar un último vistazo a las novedades en arcos y carcajes tomamos la ruta a la casa de Pedro para cenar y echar unas risas.



La casa de Pedro es un espectáculo digno de ser visto. La calidad de los trofeos y su variedad es de lo más interesante. Fue un lujo cenar rodeados de aquellos caribúes, alces, osos, carneros y corzos, como era un lujo poder hacerlo junto a esos dos cracks de la caza con arco, uno que representa la veteranía y la experiencia y otro la juventud e ilusión. Tras la cena, y aprovechando las últimas luces nos fuimos a por los arcos para dar un paseo por el amplio jardín donde ya habíamos visto se campeaban unos conejetes. Nada más salir vimos, a unos 50 metros y medio escondido entre unas escobas, a un gazapete. Pedro me ofreció tirarle, cosa que decliné sabiendo que soy incapaz de apuntar a esas distancias. Lo hizo él y para nuestro asombro le atizó de lleno con una judo parándolo en seco. Nos quedamos de piedra. ¡Este chaval apunta maneras! Fotos, risas y a correr, que había que recoger a Guanche.

En Barajas echamos un ratito mientras salía el equipaje de Jorge, quien salió al cabo llenando la puerta de salidas entre su humanidad, arco, mochila y equipaje. Es como un armario, pero un armario lleno de humor, campechanía y afición. Con las mismas nos recogimos y a dormir.
"

Por otro lado Jorge y Alberto Amador...

"Tras una larga semana , llena de emails y preparativos salimos de Bilbao el jueves día 6, justo después de trabajar. La idea era dormir a medio camino entre Bilbao y Cilleros, en una casa familiar cerca de Palencia. Con esto, nos quitaríamos unas 2 horas y media de viaje para el día siguiente, haciéndose el viaje mucho más cómodo, cosa que se agradece."

Y aquí os presento al "Equipo"...


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