Día 8
Hoy a sido un día aburrido. Una vez más nos hemos dedicado a mirar los puntos de agua en busca de huellas, pero desgraciadamente no hemos visto ninguna fresca en las doce horas de coche que nos hemos pegado. Por lo menos encontramos mucho movimiento de búfalo en una charca, y volveremos mañana a ver si cortamos las huellas antes.
Durante todo este paseo, y a pesar de la cantidad de kilómetros recorridos, solo vemos un bushbuck,al que no hemos podido hacer la entrada, y un nyala grande, pero ha sido un visto y no visto.
Le he pegado a una gallina de guinea, y a pesar de atravesarle no he conseguido cobrarla. Son durísimas, pero estoy trabajando en una punta nueva. De todas formas, voy a empezar a tirarles al cuello, me da mucha rabia perder animales. También he cobrado otro francolin, poco a poco estoy consiguiendo una percha maja para hacer una cenita.
Hemos ido a comer al Zambeze, andabamos con ganas de verlo, así que hemos cazado hacia el norte para llegar allí a la hora de comer. ¡Pedazo río!. Solo hemos llegado a ver uno de los brazos, y era enorme. Al central no se podia llegar más que en barco.
En las orillas del río se ve bastante gente que vive de la pesca. Tienen unas casas elevadas para evitar el agua en la época de lluvias. Toda esa zona de las orillas se debe de encharcar que da gusto.
La cacería se está complicando, no vemos caza, y la poca que vemos esta resabiada. A ver si tenemos suerte y podemos arreglarla los últimos días.
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Día 9
Vamos de cabeza al punto de agua que vimos ayer con bastante actividad, y efectivamente, habían bebido por la noche. ¡A por ellos!. Preparamos las cosas y comenzamos la marcha. Tenemos que conseguir no levantarlos ni una vez, una vez que los levantas, ya no hay quien se acerque.
Parece que los tenemos cerca, la tensión se puede respirar. La cacería de búfalos a la huella, creo que es una de las cacerías más emocionantes, sobretodo en un terreno en el que lo máximo que ves son 30 metros.
De repente los pisteiros se echan al suelo, ¡Ahí están! Meto los prismáticos y consigo ver la cola de un búfalo entre los árboles a treinta metros.
Las cosas se ponen tensas, Conroy coge su rifle y mi padre y Carlos cargan el suyo. Hoy le toca a Carlos.
Nos quedamos un ratito sentados, hay una búfalo que nos quita el ojo. Es lo único que se ve, el morro de un búfalo y una cola. Conroy y Carlos se mueven poco a poco hacia atrás, van a hacerles una pequeña entrada con el viento bien. Nosotros buscamos un árbol para escondernos, por si las moscas... Pero nada, cuando empiezan la entrada salen todos corriendo.
Les damos un poco de tiempo y otra vez, al cabo de una hora los volvemos a levantar. Decidimos ir a comer algo al coche, y volver luego a la tarde a ver si damos con ellos.
Pero a la tarde más de lo mismo, los volvemos a levantar pero aquí no hay quien los vea. Además están medio locos, al mínimo ruido salen de estampida. Se ve que en la guerra les tirotearon, y las hembras viejas no olvidan..
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Material
El arco que uso es un Mathews Switchback, y lo tengo como a unas 68 libras. Las flechas son las Beman MFX Classic 340.Mira la truglo extreme sigth micro-adjust, con cuatro pines puestos a 18,30,40 y 50. Reposaflechas el ripcord.
Puntas lleve las nuevas Muzzy MX-3, con las que cobre todos los animales. También las Nap Hellrazor de tres filos. Para caza menor nada mejor que las Judo con Stopper, aunque prepare auna punta especial para las gallinas de guinea. El cuerpo era de una Muzzy MX-4, y le puse un par de Stoppers,todo un "Tomahawk".
Prismaticos Zeiss 10x40, muy útiles para ver entre tanta rama. Medidor de distancia Leupold RX-II. La ropa iberwolf se porto fenomenal, y Conroy se quedo asombrado de la efectividad de este camuflage made in Spain.
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