Canada 2008 (6)

14-5-08

Otro mal día hoy, no para de llover, pero al levantarme noto buenas vibraciones, no se por qué… Se lo digo a mis compañeros y ellos que me conocen se ríen.

Salimos rápido después de desayunar, vamos Michael, José Miguel y yo a la otra concesión a pistear el oso herido.

Tras unas horas por la autopista llegamos al sitio, desde que nos metemos por la pista estamos viendo mucho mule deer.

Al llegar, vemos a los otros cazadores y nos explican como le habían tirado al oso. Eran cazadores con arco también, nos contaron que hizo uno un rececho a un gran oso que estaba en el centro de un prado, fueron arrastrandose por el suelo, pero cuando llegaron a unos 100 metros, a el cazador le vinieron las dudas de si se podía acercar más y le pidió el rifle al guarda, le tiró algo nervioso y según él, no le pegó muy bien.

Después de las presentaciones, nos subimos al coche de uno de los guardas y nos llevó a ver el sitio y a ver si veíamos algún oso.
El terreno es gigante, miles de hectáreas, tiene distintos tipos de animales, desde osos a mountain goats, incluso tiene una zona para caza con arco, en la que tiene tree stands al lado de unos lagos, es una pena que no podemos acceder a ella por culpa de la nieve.

No para de llover y nos subimos a una montaña alta de la zona, donde se puede observar mucho o muchísimo terreno, aparte estan conectados siempre por emisoras con otros guardas, leñadores y camioneros, que les avisan si ven osos y en que zona están, pero hoy, con esta lluvia parece imposible. Por el camino podemos ver a un gran wapiti refugiado de la lluvia debajo de unos grandes pinos, por el cuerpo que tenía y por lo que nos decía el guarda tiene que ser muy grande.

Se ve una “finca” muy bonita y no estaría mal para otra visita, jejeje….

Se acerca la hora de comer, además acabamos de recibir una llamada por la emisora diciendo que no han encontrado el oso, ¡una pena!.

Ya por el camino, aunque es muy mal día, vemos una osa con dos pequeños en una linde de bosque y rápidamente se metieron en él. También nos cruzó un oso cimarrón bonito la carretera y fue todo un lujo verlo correr delante del coche.

Ya nos juntamos con Michael y nos dice que lo del oso tuvo que ser un “calentón de agujas” el oso cayo al suelo y al momento se levantó y salio corriendo hacia el bosque. Aunque siguieron mucho tiempo el rastro, no dio nada de sangre.

Volvemos al campamento a comer y en el caminos nos vemos a Carlos y Fernando en una tienda de arquería, era pequeña, pero tenía de todo así que aprovechamos para comprar alguna cosa y ver algunos arcos de este año. Aunque ahora está lloviendo en las noticias dicen que mejorara el tiempo esta tarde.

Al salir del campamento, el tiempo estaba mejor, había dejado de llover y hacía un poco mas de calor, vamos a una zona nueva y nada más meternos vemos a lo lejos un gran oso comiendo. La zona era muy limpia, era de pinos cortados, así que el rececho se va a hacer un poco difícil. Pero hay que intentarlo.

Empezamos el rececho desde lejos, la zona era abierta, pero aprovechamos la posición del oso para ir lo más rápido que se podía hasta una montañita que nos podría cubrir. El viento era bueno, pero desde que lleguemos a la montaña el viento nos entra cruzado, algunas veces mal. De todas formas el oso esta en una especie de valle entre la montaña, y vemos que allí el viento mueve la hierba hacia los lados, así que está bien. Esos detalles siempre hay que tenerlos, sobretodo aquí que hemos perdido osos por el viento.

Según salimos del “refugio” de la montaña, vemos que el oso se está alejando, nos paramos, me quito los prismáticos y todo lo pesado, me pongo los pies de oso y Michael también e intentamos acercarnos lo más rápido que podemos.

Así nos acercamos hasta los 80 metros, distancia en la que el oso se gira y empieza a caminar hacia nosotros.

Estamos los dos tirados en el suelo, tanto, que José Miguel desde su posición no nos ve. Yo me pongo en una postura donde me pueda levantar sin hacer movimientos bruscos, el guía echa mano a su rifle y lo pone cerca de su cuerpo, por si hay problemas.

El guía me canta la distancia, 60 metros, “lo intentas?” me dijo, le dije que no, que a cuarenta o menos mejor.

El oso se ve gigante, viene derecho hacia nosotros, con ese andar pesado, está recortando muchos metros. Mide la distancia otra vez y me dice que está a 38.

Esta vez si lo intento, aprovecho que da unos pasos hacia mi derecha y se pone cuarteado y desde mi posición de sentado abro el arco y apunto con el pin de 40 al corazón. El viento era fuerte y con rachas, pero el arco se me queda quieto un momento, pongo la burbuja del nivel en su sitio y disparo.

¡¡¡¡¡Zassssss!!!! La flecha le pasa por debajo de donde había apuntado y el oso se queda mirando hacia el otro lado, pensando en que le había pasado por debajo.

Rápidamente coloco otra flecha y le vuelvo a apuntar, aunque fallé el primer tiro, tengo la templanza de apuntar bien y volver a colocar el nivel, “tranquilo Jorge” me decía yo mismo y suelto otra flecha.

Esta sí le pega bien, justo al lado del corazón, que hace que el oso de un salto y se venga hacia nosotros.

¡Era impresionante ver a esa masa negra corriendo de frente contra nosotros!

¡IMPRESIONANTE!

Yo, tranquilamente (aunque no me lo crean), puse otra flecha mientras miraba al oso como se nos venía, mientras que Michael ya tenía su 30-06 encarado y como a 18 metros o menos le mete el primer tiro, que hace que el oso cambien un poco de dirección, momento en el le tira un segundo que hace que caiga muerto.

Yo, que ya tenía la flecha en el arco y preparado, salté de alegría junto con Michael y nos abrazamos y celebramos el lance, ahora si estaba nervioso, era imposible meter la flecha en el carcaj así que tuve que tirarlo todo al suelo.

¡Que lance Dios! ¡¡¡¡¡YUHUUU!!! El oso creo que no tenía intenciones de atacarnos, pero el guía, por nuestra seguridad decidió disparar. Me dio las gracias por no moverme, porque si nos hubiera visto, ni con los tiros lo paramos.

Decir que le tiró dos veces porque el oso ni se inmuto con el primero, solo hizo un ligero cambio de dirección. ¡¡¡Nos hubiera pasado como a dos metros!!!!

¡VIVA LA VIRGEN! Le grité a José Miguel, todavía tardó un rato él en llegar hasta nosotros, allí nos estuvimos un buen rato sacando fotos para inmortalizar estos momentos. ¡Que pena no haberlo podido grabar o sacar fotos de todo el lance! Pero estaba difícil y al final lo conseguimos.

José Miguel y yo, no paramos de cantar nuestra “típica” canción, jejeje…

En el campamento, todo fue alegría, abrazos, fotos, brindis, etc etc.....

Fernando y Carlos vieron dos pequeños, los americanos vieron otros dos, pero a los 60 metros se les marcharon sin posibilidad. El viento está muy cambiante en esta zona.

Hoy duermo mas tranquilo…

3 comentarios:

Bushman dijo...

¡ERES EL MEJOR!

GASTA dijo...

Desde hoy eres el Boss!!!!!!!

Anónimo dijo...

Vaya bicho, enhorabuena.