16-5-2008
Último día de caza, al levantarnos nos damos cuenta de que el día está precioso, sin nada de viento, es fin de semana y se ve mas movimiento cerca del lago, gente pescando y de acampada
Después de desayunar nos vamos a cazar.
Vamos al kilómetro 143, donde vimos ayer al oso que le hizo la entrada José Miguel, pero no estaba por los alrededores, así que nos vamos cerca de las granjas, a ver si vemos alguno, pero solo vemos mule deer y algún cola blanca.
Aprovechamos para ir cerca del pueblo a llenarle el tanque de gasolina a la pick up y así ver zonas nuevas pero sin suerte, lo que si vimos fue un águila calva en el suelo, parecía que estaba posando para nosotros.
Ya de vuelta a la zona habitual vemos un oso en un camino, Jose Miguel se baja del coche, el profesional prepara su rifle y van hacia él. El aire lo tienen mal, pero consiguen acercarse como a 60 metros, el oso lentamente se va adentrando en el bosque sin posibilidad de tirar. Aún así intentan cortarle el paso por una senda sin suerte y no tardan mucho en volver al coche.
Al rato nos vamos para la Pipeline, y nos pegamos un rececho de unas dos horas, parando para observar y dar tiempo a que cambie el aire. Esto funcionó y al final vimos un oso y empezamos a rececharlo. Desde lejos no parecía tan pequeño y decidimos intentarlo, cuando estábamos a unos 50 metros, José Miguel decidió (muy bien por cierto) no tirarlo, el oso no era lo que él buscaba, sería como de unas 100 libras y aunque era el último día no iba a “matar” cualquier cosa.
Último día de caza, al levantarnos nos damos cuenta de que el día está precioso, sin nada de viento, es fin de semana y se ve mas movimiento cerca del lago, gente pescando y de acampada
Después de desayunar nos vamos a cazar.
Vamos al kilómetro 143, donde vimos ayer al oso que le hizo la entrada José Miguel, pero no estaba por los alrededores, así que nos vamos cerca de las granjas, a ver si vemos alguno, pero solo vemos mule deer y algún cola blanca.
Aprovechamos para ir cerca del pueblo a llenarle el tanque de gasolina a la pick up y así ver zonas nuevas pero sin suerte, lo que si vimos fue un águila calva en el suelo, parecía que estaba posando para nosotros.
Ya de vuelta a la zona habitual vemos un oso en un camino, Jose Miguel se baja del coche, el profesional prepara su rifle y van hacia él. El aire lo tienen mal, pero consiguen acercarse como a 60 metros, el oso lentamente se va adentrando en el bosque sin posibilidad de tirar. Aún así intentan cortarle el paso por una senda sin suerte y no tardan mucho en volver al coche.
Al rato nos vamos para la Pipeline, y nos pegamos un rececho de unas dos horas, parando para observar y dar tiempo a que cambie el aire. Esto funcionó y al final vimos un oso y empezamos a rececharlo. Desde lejos no parecía tan pequeño y decidimos intentarlo, cuando estábamos a unos 50 metros, José Miguel decidió (muy bien por cierto) no tirarlo, el oso no era lo que él buscaba, sería como de unas 100 libras y aunque era el último día no iba a “matar” cualquier cosa.
Como la decisión era no tirarlo, hicimos una prueba, me puse la ropa Iberwolf y me intentaría acercar lo más que pudiera. Era para probar el camo con caza real. Aunque la utilice a lo largo del viaje, por el tiempo de lluvia que habíamos tenido, no tuve la posibilidad de probarla “seriamente”.
Con este camuflaje me pude acercar a unos 8 metros de este animal!!!! Para mí fue una pasada y me demostró que es perfecto para el rececho.
Después de esto volvimos al coche y vamos hacia la zona del kilómetro 143 y cerca, volvemos a ver el oso.
Esta vez si tenemos posibilidad, yo me quedo en el coche para no molestar y ellos vuelven a la carga.
Veo como van acortando y acortando distancia, el oso está en una especie de barranquito y ellos se acercan cada vez más a él. Hay un momento de duda pensando si el oso está o no está, en eso que veo a José Miguel que se vuelve a agachar, eso me dice que lo han vuelto a ver, veo que coge el telémetro, mide distancia y lo suelta. Lo vuelve a coger y medir distancia pero no lo noto convencido. En eso que tensa el arco,¡¡¡Apunta y dispara!!!
Veo el oso subir una montañita y meterse en el bosque, pero no lo veo ir mal o correr alocado y no me gusta. José Miguel se echa las manos a la cabeza y busca con la mirada por donde corre el oso. Al rato va a buscar la flecha y vuelven hacia el coche. ¡¡¡Ha fallado!!!
Llega flipando con el lance, pero me cuenta que el telémetro le daba error de distancia, 19-27-41 metros, por unas pajillas que tenía entre el oso y su posición. Aunque lo veía cerca, se fió por el medidor y apuntó con el pin de 30, pasándole la flecha por arriba y cortando pelos, pero sin herir al animal.
Una pena, ¡¡¡pero así es la caza!!!!
Los Americanos ven 2 y le entran a los dos, pero no pudieron acercarse a menos de 50 metros
Y Carlos y Fernando vieron 3 pero sin posibilidades de tirar.
Y así acabamos la cacería. Un sitio espectacular y sinceramente para repetir, una cacería para compartirla con buenos amigos, porque había veces que se hacía dura. Pero siempre se lleva bien si tienes buenos profesionales.
Darles las gracias a mis compañeros de caza, pero sobretodo a Verónica y a Fernando, que sin ellos no hubiera hecho posible este sueño
Gracias
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