Extremadura 2007 -LA QUESERA 6-

Después de dejar a Gerardo, nos dejaron a Peio y a mi en un puesto a la orilla de una charca preciosa, Peio nos cuenta la historia...

"Hoy madrugamos intentando aprovechar la mañana, ya que debemos de salir todos a nuestros lugares de origen, y para el mediodía tenemos que tener los coches cargados.

Yo voy sin el arco, ya que ayer hice mis deberes, hoy voy con la videocámara acompañando a Pedro, para ver si grabamos algo bonito.

Nos colocamos de espera en una charca y al poco rato vemos un buen macho de muflón, poco después aparece un ciervo precioso que se acerca con su harén. Les vemos un rato pero al poco se van, y aunque esperamos casi una hora, las muflonas no aparecen.

Como tenemos poco tiempo decidimos forzar la situación y vamos a recechar, a ver si les localizamos un poco más arriba.

Enseguida vemos a una en una posición bastante buena para entrarle, así que lo intentamos; poco a poco nos acercamos hasta casi llegar a distancia de tiro, pero un macho de muflón nos ha visto y se escapa corriendo, la hembra, al verle, hace lo propio.

El tiempo pasa demasiado deprisa y no nos queda mucho margen, así que, viendo unas muflonas a lo lejos, intentamos acercarnos haciendo una penosa imitación de un ciervo: Pedro delante con el arco en la cabeza a modo de cornamenta, yo detrás, agachado, sujetándome con una mano a su cinturón y con la otra grabando. Al principio, cuando nos ven las muflonas, se quedan un rato quietas sin saber que somos, pero cuando lanzo mi imitación de ciervo berreando, salen como alma que lleva el diablo (debo decir en mi descargo que en esas condiciones, con mi cara escasos centímetros de los famosos gayumbos del Talibán era difícil mantener la compostura y me entraba la risa... jaja).

Después del “éxito” de nuestra actuación volvimos a donde nos esperaban con el Land-Rover y se acabo lo que se daba. "


Al igual que nosotros Jorge y Alberto se fueron a recechar juntos...

"La mañana siguiente, y con muy poco tiempo para cazar si queríamos regresar a casa a una hora prudencial, decidimos, mi hermano Alberto y un servidor, recechar un poco juntos y hacer alguna espera sobre el agua. El caso es que las muflonas no aparecieron, aunque alguna cierva y algún bonito macho hicieron pasar las horas rápidamente.

Como anécdota, un 4x4 de la Guardia Civil se acercó a pedirnos los papeles, viendo que todo estaba en regla no hubo ningún problema y fueron muy amables al acercarnos al cortijo al que íbamos tranquilamente andando."


Anímate y sigue la cacería en Alla vamos!!

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