Semana en el Campo - Día 5 -

Descartado el de la miel por los helechos y el deforme por que no me había convencido, le tocaba el turno al corzo que vimos el día del jabalí, el que intente entrarle el día 3 pero el sol me fastidio. No era la primera vez que cazaba esa zona y más o menos me la conocía.

A primerísima hora ya estoy en el borde del monte para cortarles la retirada a los corzos que subiesen del rio. Estos suben poco a poco hacia el monte cerrado en cuanto empieza a haber algo de luz. Aun habiendo ido casi de noche, veo el culo de un corzo metiéndose en el monte, ya era tarde. Me meto a media ladera y empiezo a recechar pequeñas campitas suave suave.

Por la zona en la que pensaba que estaría el corzo veo unos cuantos rascaderos, ese no podía andar muy lejos. En una de esas paraditas que suelo hacer cada pocos pasos, me pasa corriendo como un loco un corcino del tamaño de una liebre a unos 20 metros. ¡Algo viene detrás fijo! Me preparo, en el momento menos pensado va a aparecer un raposo... Nada, vete tu a saber que le ha espantado.

Sigo para adelante y a los pocos metros ¡Un jabalí que viene hacia mi!. Si es que los corcinos no corren para matar el tiempo. Me preparo, miro y veo que viene solo. Como siga con la misma dirección me pasa por encima, a ver si se cruza de una vez que ya lo tengo encima (20 metros). Se para y levanta el morro, ¡Adiós!. Pega un trote ligero y se me para a unos 30 metros, ahora o nunca. Le meto el pin y suelto. ¡¡Agua!! jajaja. El tiro se me va por encima, ¡Por un pelo! Aprieta el culo y sale corriendo, esta vez si que no para.

Me voy a buscar la flecha, tampoco es que ande sobrado de ellas precisamente. Mientras andaba de rodillas rebuscando entre las hierbas, oigo varios jabalíes, ¡Los tengo encima!. Una piara bastante maja, aunque no veo rayones de este año, tal vez la hembra todavía no haya parido. Menos mal que le he fallado al jabalí, por que si estaba con ellos seguro que no valía nada, si es que me caliento y...



Sigo poco a poco hacia lo cerrado, pero nada de nada. Voy a hacer un descansito, mucho más arriba no creo que se encame el corzo. El corazón se me para cuando miro hacia la izquierda y veo una macha rojiza, de la nada había aparecido un corzo a unos 15 metros. En ese momento levanta la cabeza,¡¡¡¡Es él!!! Menudo corzo, a ti te estaba buscando. De la patata ya ni hablo, creo que estaba apunto de escupirla.

Me mira, pero enseguida baja la cabeza para seguir ramoneando.La oportunidad que siempre había soñado, un macho bueno ramoneando cruzado a 15 metros tan tranquilo. Tenso el arco, menudo flechazo te vas a llevar, apunto y... ¡Pero que cagada! Se me ha ido el tiro alto. El corzo pega un par de saltos y se para, no sabe que se acaba de jugar la vida. Pongo otra flecha a todo correr, tenso y le vuelvo a meter el pin, esta vez si que no...¡Otra vez por arriba! ¡¡¡No puede ser!!! Pega otro par de saltos y se pone a ladrar como un loco, pero se queda como a 25 metros, no se ha enterado de nada. Cojo otra flecha, pero no...solo me queda una judo.

Acabo de desaprovechar la mejor oportunidad que he tenido con el arco de tirar un corzo, y no solo una vez, si no dos veces. Me siento y me apoyo contra un roble a meditar en lo sucedido. Un exceso de confianza me había hecho fallar, estaba pensando en desollarlo cuando todavía no lo había ni tirado, pero es que estaba a huevo.

En estos momentos es en los que te viene la frase que suele decir Peio, " Inmunes al desánimo". Son muchas horas detrás de ellos y cuando por fin tienes una oportunidad, sobretodo cuando es tan clara como esta, y la desaprovechas, pues es bastante jodio. Pero bueno, recupero la flecha y sigo cazando. Eso si, que se prepare ese corzo, podrá correr ¡Pero no esconderse!.

En el desayuno me cuenta el jefe que ha cobrado otro corzo, ¡Pedazo corzo!. Es uno de los que vieron ayer, que tras una entradita preciosa ha conseguido echarle el guante. ¡Está hecho un maquina!


Por la tarde vuelvo al comedero de la umbría donde dos días antes había visto la familia de jabalíes y un corcita. Con bastante luz me entra la misma familia de jabalíes, hoy no se habían mosqueado. Estoy un ratito con ellos y les espanto, no quiero que se acaben el trigo.

Como a eso de las 9:00 me vuelve a pasar la corza por debajo del árbol, otra vez sola, pero se que el día menos pensado me pasará acompañada. Me sorprende que a pesar de moverme en ningún momento mira hacia arriba.

Se empezaba a hacer de noche y al fondo de la campa aparece otra corza, come un poco y se mete al monte de nuevo. ¡Parece que hay movimiento!. Al cuarto de hora de desaparecer la corza, me entra un cochino solitario, pero decido no tirarlo, no es grande y ya llevo dos jabalíes en la espalda, no hay que ser abusón.



Se empezaba a ver bastante mal, preparo los infrarrojos, la linterna, etc.. Estaba con la mirada en el infinito cuando de repente veo aparecer un raposo en la campa. Tengo la suerte de que se sienta delante de árbol a rascarse.¡¡¡Un raposo sentado delante del árbol!!! Estoy como si me hubiese tocado la lotería.

Me levanto poco a poco, pero el treestand me traiciona y chirría para avisar al zorro. Son más listos que el hambre, enseguida se gira y me mira directamente. Empieza a trotar de esa forma tan particular que tienen ellos, me ha cazado. Hago un ruidito para ver si consigo pararlo, y lo paro. Sin dudarlo medio segundo le meto el pin y suelto...¡Que enganchada! Le he pegado un poco trasero, pero va tocado. Sale corriendo como un diablo y desaparece entre los arbustos.



Es la primera vez que le doy a un raposo, y además que pedazo raposo. Ya le había visto antes, me acuerdo que un día me cruzo por delante del árbol pero no tenía la flecha puesta. Otro día reclamando corzos me entro a cascaporro, pero me pilló de revés.

Estoy sentado en el árbol con una sonrisita cuando no.... no puede ser. ¡Otro zorro!. Ya no se ve un carajo, tengo que darle la luz, pero aun así me cuesta verle un montón. Me estoy poniendo super nervioso, ¡No consigo verle por la mira!. Parece que estás ahí...¡Zass! ¡¡¡Le he pegadoo!!! Creo que se ha llevado la flecha puesta.



No me lo puedo creer, esta mañana he fallado a un corzo quieto a 15 metros dos veces,pero en cambio voy y le pego a dos raposos que no se estaban quietos. ¡Increíble! Que ganas tengo del saltar del árbol y ponerme a buscarlos, pero voy a esperar a ver si me entra un buen jabalí para rematar la tarde.

Al cabo de un rato volvió la misma familia. A ver si consigue sacar a los cuatro rayones esa jabalina, parece bastante joven. Ahora les dejo comer y cuando se van me bajo echando leches. Voy a la tierra movida que es donde les había tirado a los dos zorros.

En el sito del primero encuentro la flecha clavada en el suelo,la huelo pero el olor no me da información,¡Apesta a raposo!. Voy hacía donde le había visto correr y al acercarme a unos arbusto oigo que algo se mueve, ese sigue vivo, pero de noche no me meto ni loco, no quiero llevarme un bocado. Voy a mirar el otro pero no encuentro nada de nada.

Me voy al campamento a intentar dormir, me hubiese quedado más tranquilo habiendo encontrado alguno. Son animales muy duros y tengo miedo de no poder encontrarlos mañana, recemos para que haya suerte.